Esta simbólica noticia para la Armada rusa, que parece poner fin a las discusiones en Rusia acerca de la importancia de los portaaviones, fue informada este martes por el director ejecutivo de la oficina de diseños Névskoe, Serguéi Vlásov.
Sin embargo, Vlásov evitó detallar qué compañías rusas participarán en el proyecto, informa ITAR-TASS. Todavía es difícil predecir cuánto tiempo tardarán las compañías rusas en sacar adelante el ambicioso proyecto, indicó Vlásov.
"El problema es que los estadounidenses han trabajado en esto durante más de 10 años. Instalarán su primera catapulta electromagnética en 2016 en el nuevo portaaviones Gerald Ford", precisó el director de la oficina de diseños Névskoe y destacó que el dispositivo permitiría simplificar el diseño del buque y prescindir de la planta de propulsión nuclear.
La catapulta electromagnética es un motor de inducción lineal que por medio de una carretilla especial le permite acelerar un avión hasta la velocidad de despegue.
En la actualidad, EE.UU. es el único país en el mundo que dispone de un prototipo funcional de catapulta electromagnética. Lleva la designación EMALS y se instalará en el portaaviones clase Gerald Ford, cuya cabeza de serie fue puesta a flete en noviembre de 2013.
Se cree que China también lleva a cabo el desarrollo de una catapulta electromagnética, pero el proyecto no está confirmado oficialmente.
El programa estatal ruso de armamento y material para 2011-2020 no incluye el diseño y construcción de un nuevo portaaviones. Sin embargo, las asignaciones para el proyecto podrían figurar en el nuevo programa, para los años 2016-2025. Se espera que este documento sea presentado al presidente de Rusia en 2015.