Urkullu compartió su visión del futuro de España durante la celebración del Día del País Vasco, que se celebró el pasado 20 de abril. "El tiempo de la España 'unida, grande y libre' quedó en el pasado", dijo el lehendakari, haciendo alusión al lema de la época del franquismo.
El tiempo de la España 'unida, grande y libre' quedó en el pasado
Su intervención fue escuchada por miles de nacionalistas, muchos de los cuales sostenían banderas de Cataluña, una comunidad donde las autoridades esperan salir de la subordinación de Madrid en otoño. A diferencia de los catalanes, los líderes separatistas del País Vasco han decidido operar por etapas.
De acuerdo con el plan de Urkullu, es necesario iniciar tan pronto como sea posible un diálogo con Madrid sobre las reformas a la Constitución en la parte que se refiere al estatus de las regiones. Las autoridades vascas ofrecen adoptar el modelo de confederación, es decir, una unión de estados soberanos.
Esta forma de Estado no es común hoy en día: como ejemplo, tal vez solo está Bosnia-Herzegovina y en el futuro, con algunas diferencias, el Estado unificado de Rusia y Bielorrusia. Incluso la Confederación Suiza, a pesar del nombre, desde mediados del siglo XIX es una federación clásica.
Según Urkullu, la creación de una confederación garantizaría el respeto de los "derechos históricos" de los pueblos de España. El objetivo final de los nacionalistas vascos, sin embargo, sigue siendo el mismo: sueñan, como antes, con un estado soberano, al cual se deben adherir el País Vasco, Navarra y las áreas del suroeste de Francia.
La idea de una solución política del conflicto vasco a través de otorgar una amplia autonomía no es una idea nueva. En 2005, el entonces jefe del Gobierno regional, Juan José Ibarretxe, abogó por convertir la región en un 'Estado libremente adherido a España', al estilo de Puerto Rico a EE.UU. Sin embargo, esta iniciativa fue rechazada en el Parlamento español.
A principios de abril, la votación sobre el referéndum en Cataluña terminó de una manera similar, cuando la mayoría de los diputados lo tacharon de ilegítimo con una votación de 299 a 350. Pero la determinación de las autoridades de Cataluña no se vio afectada, ya que todavía tienen la intención de lograr la independencia. La principal fuerza de la oposición en el país, el Partido Socialista de España, por su parte, propuso la idea de la federalización. Las autoridades vascas ofrecen una tercera opción.
Lograr un cambio real no será fácil para el Gobierno de Iñigo Urkullu. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya ha dicho que Madrid está listo para el diálogo, pero que este debe tener lugar exclusivamente dentro del marco de la ley. "Se trata de guiarse por la Constitución y sus disposiciones no permiten el referéndum catalán", según señaló una fuente diplomática en declaraciones a 'Kommersant'. "El derecho a la autonomía está estipulado en la Ley Fundamental, pero sobre la confederación no hay ni una sola palabra", agregó la fuente.
Según la investigadora del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia Irina Projorenko, es poco probable que el Gobierno de Mariano Rajoy acepte en un futuro próximo llevar a cabo negociaciones de fondo sobre la conformación territorial de España.
"El país todavía está sintiendo los efectos de la crisis económica: El crecimiento apenas está volviendo y todavía es mínimo, el mercado de trabajo se encuentra en grave estado. Si el país desarrolla una situación económica favorable, las pasiones estarían menos exaltadas", explicó la experta.
Mucho dependerá de los resultados del referéndum en Escocia
Además, en su opinión, "mucho dependerá de los resultados del referéndum en Escocia" el próximo 18 de septiembre. La voluntad de los escoceses realmente va a ser vigilada de cerca por los separatistas en otros países europeos. Estos grupos podrán comprobar si tienen razón quienes sostienen que el nivel de vida en Escocia será más bajo de lo que es ahora.
Lo mismo que opinan los partidarios de una España unida. Los economistas estiman que si se independiza, el País Vasco perderá el 15% de su PIB y el ingreso anual per cápita se reducirá en 5.000 euros. En caso de ser cierto este pronóstico, habría que ver cuánta gente está dispuesta a cambiar el bienestar material para cumplir el sueño de la independencia.