Al no poder poder avanzar, los radicales dieron un mitin y se dispersaron.
La Policía formó dos cordones para evitar enfrentamientos entre los nazis y a sus adversarios. Sin embargo, los antinazis lanzaron botellas y piedras a los manifestantes, saldándose el episodio con varios heridos, tanto entre ciudadanos como entre policías. Algunas personas fueron detenidas.
Los medios locales bautizaron la marcha como "la más corta de la historia".