Dinero, ¿remedio contra los males de los mineros?
Autoridades mexicanas anunciaron una gran inversión para poner fin a una huelga de 33 meses y reactivar una de las mayores minas de cobre del país. Sin embargo, y a pesar de esta decisión, existen otros graves problemas que aún no han sido resueltos.
En Cananea, los mineros están en huelga desde 2007. El 30 de julio de aquel año, cansados de las muertes por inseguridad laboral y una serie de abusos patronales, miles de ellos se declararon en huelga. Exigían que su Gobierno hiciera valer los derechos de los trabajadores ante la omnipotencia del Grupo México, consorcio afilado a la transnacional Southern Copper Corporation y propietario de la mina de Cananea, una de las reservas de cobre más grandes del mundo. La respuesta de los patrones mineros y del Gobierno no se dejó esperar: plomo y golpes.
Jesús Verdugo, el líder del Sindicato Minero nacional, señala que "al morir un trabajador, un minero retirado, la familia se queda desesperada, sin sustento, sin servicio médico, etcétera".
La historia de la lucha minera en Cananea es una historia de persistencia. En 1906, una huelga de mineros terminó ahogada en sangre por los regimientos estadounidenses de la guardia Ranger de Arizona. En aquel entonces, así como hoy, la arrogancia de las corporaciones no daba lugar al diálogo. De hecho, ni siquiera se reconoce el derecho a huelga, un estatuto básico de las normas internacionales del trabajo.
Otro aspecto preocupante para los mineros y sus familias es la total falta de responsabilidad por parte del consorcio del Grupo México ante los elevados índices de contaminación. Asbesto, ácido sulfúrico o cobalto, entre otros, hacen estragos entre la población de Cananea. La leucemia, el cáncer y otros males son el resultado de la voracidad empresarial.
En todo caso, para los mineros y sus familias el futuro parece incierto. A medida que se van enfermando por las pésimas condiciones de trabajo en el pasado, y la falta de acceso a la salud e ingresos, empiezan a pagar un costo elevadísimo: sus propias vidas.