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El proyecto ruso La Cinta de San Jorge: más que una acción, un símbolo político
Nacida hace justo 10 años para conmemorar la gran victoria sobre la Alemania nazi, la acción rusa La Cinta de San Jorge ha dejado ser únicamente una muestra de respeto a la memoria de los antepasados para convertirse en un verdadero símbolo de valor.
La acción La Cinta de San Jorge, iniciada el pasado 24 de junio en Rusia y en otros países y que sirve para recordar la hazaña de los soldados que derrotaron el fascismo en 1945, se ha convertido en un símbolo actual de la lucha contra el nazismo de nuestros días.
La campaña se celebra bajo lemas como "La victoria de mi abuelo es también mi victoria", "¡Tengo memoria! ¡Tengo orgullo!", "Somos herederos de la Gran Victoria", o "Gracias, abuelo, por la Gran Victoria", entre otros.
La cinta de franjas naranjas y negras, los colores de la cruz de San Jorge, era el más valorado galardón militar entre los soldados del Imperio ruso, y más tarde pasó a representar la Orden de la Gloria, que se concedía también a los soldados durante la Segunda Guerra Mundial.
Y estos días la portan con orgullo los descendentes de aquellos soldados en todos los países que antes formaban parte de la Unión Soviética. Excepto en Ucrania, donde el mero hecho de llevarla puede provocar un ataque por parte de ultranacionalistas. Son sus antepasados los que perdieron aquella guerra, pero lamentablemente son ellos los que imponen las reglas de juego en algunas partes del país.
La campaña se celebra bajo lemas como "La victoria de mi abuelo es también mi victoria", "¡Tengo memoria! ¡Tengo orgullo!", "Somos herederos de la Gran Victoria", o "Gracias, abuelo, por la Gran Victoria", entre otros.
La cinta de franjas naranjas y negras, los colores de la cruz de San Jorge, era el más valorado galardón militar entre los soldados del Imperio ruso, y más tarde pasó a representar la Orden de la Gloria, que se concedía también a los soldados durante la Segunda Guerra Mundial.
Y estos días la portan con orgullo los descendentes de aquellos soldados en todos los países que antes formaban parte de la Unión Soviética. Excepto en Ucrania, donde el mero hecho de llevarla puede provocar un ataque por parte de ultranacionalistas. Son sus antepasados los que perdieron aquella guerra, pero lamentablemente son ellos los que imponen las reglas de juego en algunas partes del país.
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