Durante años, la OTAN ha mantenido un estándar en el que los miembros deben destinar al menos el 2% de su PIB a los gastos de defensa de la Alianza. Al mismo tiempo, las inversiones estadounidenses representan actualmente más del 70% del gasto militar de la OTAN. Después de la crisis del 2008, el promedio de los gastos europeos en defensa se redujeron al 1,6% del PIB del 2013.
No podemos seguir permitiendo los recortes de los presupuestos de los aliados en defensa
"Es evidente que no todos los aliados van a cumplir con el punto de referencia de la OTAN del 2% en una noche o incluso el próximo año. Pero es hora de que los aliados que están por debajo de ese nivel asuman compromisos creíbles para aumentar sus gastos en defensa en los próximos cinco años", explicó Kerry.
No es la primera vez que Washington abiertamente demuestra su descontento por la baja aportación de los socios europeos. El Gobierno de Obama por años ha expresado su frustración por la falta de voluntad por parte de los miembros de la OTAN de asumir la carga financiera de la seguridad europea y descargar a EE.UU. de dicha responsabilidad. En septiembre pasado, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo: "Las naciones europeas pueden, y deben, hacer más para coincidir con el compromiso de Estados Unidos".