El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, aprobó hoy la Estrategia Nacional de Política Antidrogas hasta el año 2020.
El mandatario ruso hizo este anuncio al intervenir en el foro internacional titulado “Producción de drogas en Afganistán: Un reto a la comunidad internacional”, inaugurado hoy en la capital rusa. El evento cuenta con la participación de casi 200 expertos y políticos que representan a las principales agencias antidrogas, la ONU, la OTAN, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y otros organismos internacionales.
Afganistán hoy el principal proveedor de opiáceas, cuya producción se duplicó en los últimos años, dijo el dirigente ruso. Calificó la drogadicción como "amenaza extremadamente grave para el desarrollo del país" y dijo haber firmado hoy un decreto que aprueba la Estrategia Nacional de Política Antidrogas hasta 2020.
Los jóvenes, en opinión de Medvédev, son el principal blanco y la primera víctima del narcotráfico. Solo el consumo de heroína afgana mató en el mundo a un millón de personas menores de 35 años en los últimos ocho años, recordó.
“El problema no es que Afganistán está produciendo drogas. Claro que eso es malo para el Estado afgano, pero ya hace tiempo que este peligro trasgredió todas las fronteras y abarca no solo a Rusia y sus vecinos sino también considerable parte de los Estados europeos, así como de los Estados Unidos y Canadá”, apuntó el mandatario ruso.
Anteriormente, Víctor Ivanov, jefe del Servicio Federal Antidrogas de Rusia (SFAR), participante de la conferencia, informó que en Rusia hay hasta 2,5 millones de adictos a las drogas. A causa de esto, cada año mueren unas 30 mil personas y casi el 100% de la heroína llega al territorio ruso desde Afganistán a través de los países de Asia Central.
"Todo el norte afgano está cubierto de modernos laboratorios que se concentran precisamente en las zonas donde no hay combates, donde reina la llamada Alianza del Norte", la aliada de la coalición antiterrorista internacional que lucha contra los talibanes, indicó el funcionario.
Además, Ivanov considera que se debe confeccionar una "lista negra" de los máximos jefes de la droga que controlan los cultivos de amapola y la producción de heroína y que organizan las rutas para su exportación.