¿Es posible vencer a las drogas en Colombia?
Como ocurre en muchos países, en Colombia la lucha contra las drogas tiene una larga historia. A continuación les presentamos un reportaje de RT, directo desde ese país.
Es una guerra, con heridos, muertos y todo lo que cabe en una extensa campaña bélica. Eso es la lucha contra el narcotráfico, término acuñado por el presidente estadounidense Richard Nixon en la década de 1970, batalla que se viene librando en países de todo el mundo, y en particular, en Colombia.
Desde el establecimiento de la lucha contra las drogas, Colombia, ha recibido el apoyo logístico y estratégico de varios países, incluyendo los Estados Unidos con su polémico Plan Colombia.
El coronel Gabriel González, director de la Escuela Nacional de Operaciones Especiales, dijo: “La cooperación de Estados Unidos ha sido esencial en nuestra lucha contra las drogas”.
Sin embargo, a pesar de estos programas, esa nación sigue siendo el líder mundial en producción de cocaína, con un aporte aproximado de 70% del total de distribución a nivel mundial y 90% del procesamiento, según un informe del 2004 del Departamento de Estado de EE. UU. y actualizado en 2008.
De acuerdo con el viceministro de justicia colombiano, Miguel Antonio Ceballos, el panorama es cambiante, toda vez que terminó la era de los capos del narcotráfico en Colombia. Ahora el narcotráfico se ha diversificado hacia nuevos polos, participan de él las FARC, grupos paramilitares y cientos, sino miles de traficantes, que sin llegar a ser de la talla del tristemente célebre Pablo Escobar, ha podido capitalizar el negocio con enormes ganancias.
Además, a estos ingredientes hay que agregarle el factor pobreza. A medida que uno recorre Colombia se puede decir que hay dos, tres, e incluso cuatro colombias viviendo dentro de las mismas fronteras, desde la metrópoli del desarrollo con sus rascacielos, hasta la miseria encarnada en barrios al estilo de las favelas; los colombianos viven en un permanente estado de contradicciones entre la riqueza y la pobreza extrema.
A medida que continúa la lucha contra las drogas en Latinoamérica, y sobre todo en países como Colombia, son los jóvenes y las comunidades quienes pagan el precio de las frustraciones en la vida y la carencia de oportunidades.