Varios expertos venían anunciando desde hace tiempo que partidos de extrema derecha y formaciones 'euroescépticas' partirían con muchas opciones de meterse en la Eurocámara en las elecciones al Parlamento Europeo que el 22-26 de mayo tendrán lugar simultaneamente en 28 países europeos. Según una encuesta de Open Europe, el conjunto de diferentes partidos derechistas lograría casi el 31% de votos y 218 de los 751 escaños, frente al 25% y los 164 escaños de 766 de 2009.
En particular, resulta llamativo el éxito del nacionalista Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP en inglés), que podría ganar las elecciones al Parlamento Europeo en este país. Según las últimas encuestas, el UKIP, que hace 5 años obtuvo más del 16% de los votos, esta vez podría superar a todas contrapartes, incluso laboristas y conservadores, con el 29% de sufragios.
La popularidad de los euroescépticos ha crecido considerablemente a partir del año 2008, debido a que los efectos de la crisis económica persisten en la UE. El Europarlamento, la única institución elegida directamente por ciudadanos europeos, se mostró bastante inoperante a la hora de orquestar la recuperación, lo que echa más leña al horno de euroescepticismo.
El desempleo, que en países como España y Grecia el paro se elevó hasta niveles jamás vistos, convive con el factor de la inmigración, que los partidos de derecha proponen combatir. En el supuesto de que ganaran las elecciones en sus respectivos países, varios partidos derechistas europeos podrían formar una alianza notable que, paralelamente, con la alianza de fuerzas de izquierda podría desplazar al Grupo del Partido Popular Europeo de centroderecha de su actual posición preponderante.
La unión entre partidos de derecha de varios países a menudo chocan con dificultades, precisamente por su nacionalismo, es decir porque anteponen los intereses de sus países, a lo que se unen otras razones. Por ejemplo, el líder de UKIP, Nigel Farage, justifica su oposición al partido de extrema derecha francés Frente Nacional porque -esgrime- aún no ha podido vencer su dimensión antisemita.
Sin embargo, este partido francés que triunfó en últimos comicios regionales en su país es, quizás, la fuerza de derecha europea con más renombre. Algo que permitiría a su lider Marine Le Pen convertirse en una personalidad clave capaz de aglutinar a otros partidos políticos de derecha en el Europarlamento. Su aliado más importante es Geert Wilders, presidente del neerlandés
Partido por la Libertad.
En el Parlamento Europeo están representadas actualmente fuerzas de derecha, de extrema derecha, y nacionalistas moderados de varios países europeos. Algunas de ellas forman parte de algún bloque, mientras que otras están representadas por diputados que dentro del Europarlamento quedaron encuadrados como independientes. El bloque que cuenta con más representantes en el Parlamento es el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos formado por 15 partidos de 11 países. Entre los partidos de orientación nacionalista del que forman parte destaca el partido Por Patria y Libertad de Letonia, el Partido Croata de los Derechos dr. Ante Starčević y los partidos polacos Ley y Justicia y Polonia Junta.
UKIP forma parte del bloque Europa de la Libertad y la Democracia, formado mayormente por un conjunto de partidos cuyo credo bascula entre la extrema derecha, hasta posiciones moderadas pasando por ultranacionalistas, y que actualmente consta de 33 eurodiputados. Entre los más moderados, aparte del UKIP, figuran el Frente nacional por la Salvación de Bulgaria, Orden y Justicia lituana y la Liga Norte italiana, de carácter regionalista, al que su euroescepticismo y posición anti-inmigración le une a otros partidos del bloque. El partido radical griego Concentración Popular Ortodoxa, el Partido Político Reformado de Países Bajos, el Partido Popular Danés y el Partido Nacional Eslovaco y, en cierto sentido, el partido Verdaderos Finlandeses, tienen carácter de extrema derecha.
Los demás partidos que representan a fuerzas nacionalistas, entre ellos el Frente Nacional francés, el neerlandés
Partido por la Libertad y algunos eurodiputados de UKIP, no forman parte de ninguna coalición de la Eurocámara actual. La extrema derecha de Hungría está representada por el partido radical Jobbik; la de Bulgaria por la Unión Nacional Ataque; la de Bélgica por el partido regionalista Interés Flandés; la de Rumania por el Partido de la Gran Rumanía y el Partido Nueva Generación, mientras que en Austria la encarna el Partido de la Libertad de Austria. El Partido Nacional Británico y el Partido Demócrata británico son otros representantes de extrema derecha en el Reino Unido.
Pero en menos de dos semanas otros partidos de derecha y ultraderecha podrían unirse o sustituir en el Parlamento Europeo a este cúmulo de partidos nacionalistas de todo pelaje. En cualquier caso, unir a fuerzas tan diferentes será una tarea complicada para Marine le Pen.De hecho, no deja de sorprender que en varias ocasiones ya ha haya roto tanto con el UKIP, como con el Jobbik húngaro o los neonazis griegos del Amanecer Dorado.