"Basta con ver lo que ha pasado en los últimos meses. Un Gobierno legítimamente electo de Ucrania fue derrocado con la ayuda de Occidente y de la camarilla bancaria que domina la política occidental", comentó McGrath a RT en referencia a la destitución del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, y enfatizó el papel de EE.UU. en la situación actual que vive el país. "Tenemos más de 60 programas financiados por agencias cuasi gubernamentales o con dinero público que han sido destinados a desestabilizar Ucrania y de hecho provocar un golpe de Estado que llevó a este desastre que tenemos ahora", puntualizó.
Ucrania está en llamas desde el pasado mes de noviembre. La primera ola de disturbios antigubernamentales públicamente apoyados por EE.UU. y países europeos surgió cuando el Gobierno de Víktor Yanukóvich se negó a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. El 22 de febrero el mandatario fue depuesto y el Gobierno autoproclamado liderado por Alexánder Turchínov llegó al poder y convocó elecciones presidenciales anticipadas para el próximo 25 de mayo.
Varias zonas del este y el sur de Ucrania no reconocieron la legitimidad del nuevo Gobierno de Kiev y comenzó la segunda ola de protestas multitudinarias. La península de Crimea, la base principal de la Flota del Mar Negro rusa, convocó un referéndum y votó a favor de volver a ser un territorio ruso, como había sido hasta mediados del siglo XX. Kiev se negó a reconocer los resultados de la consulta popular y los países occidentales en señal de apoyo anunciaron una serie de sanciones contra Rusia.
Los disturbios en los territorios orientales y meridionales de Ucrania fueron en aumento, protagonizados por la población rusohablante que denunciaba el deterioro de sus derechos y demandaba la federalización del país. Para aplacar las protestas en la región, el nuevo Gobierno envió al Ejército y el conflicto tomó la escala de guerra civil. El 11 de mayo dos regiones, Donetsk y Lugansk, llevaron a cabo sendos referendos de autodeterminación, donde la población optó por la creación de repúblicas independientes. Tanto el Gobierno central ucraniano como Washington se apresuraron a comunicar que los resultados de la consulta popular carecen de efecto legal. Los sangrientos combates en la zona continúan.
"Es repugnante y vergonzoso. ¿Y si hubiéramos escuchado a los británicos hace años cuando decidimos romper con ellos, celebrar un referéndum y tener un voto de independencia? Es vergonzoso, cuando la secretaria de prensa de EE.UU. aparece ante las cámaras de todo el mundo y dice que la elección de la gente por la autodeterminación (…) y el voto libre y justo es ilegítima. (…) Es realmente lamentable que la gran mayoría de los estadounidenses se trague esa basura. (…) Los estadounidenses debe despertarse y darse cuenta de lo que está pasando, porque esto está pasando en nuestro nombre", insiste McGrath.