"Estos cuatro gigantes, el cartel petrolero anglo-estadounidense, dominan el mercado mundial de la energía", agregó.
Según Engdahl, los hidrocarburos -el petróleo y el gas-, son el motor del crecimiento económico, pero también de la recesión económica.
"Si uno logra aumentar el precio drásticamente, puede hundir a países y economías enteras en una profunda recesión o algo aún peor. En cambio, si baja el precio drásticamente, puede causar un auge económico, como ocurrió en ciertos momentos, aunque no con frecuencia", subrayó el historiador, que opina que esta es precisamente la táctica empleada por EE.UU. para tratar de ganar terreno en Oriente Medio.
Engdahl sostiene que para esas dos grandes potencias (EE.UU. y Reino Unido), las guerras por el petróleo "son guerras de control" y que uno de los objetivos de las mismas es "impedir estratégicamente que países como China alcancen una independencia energética que les permita hacer ofertas directas a otras naciones, contar con un suministro de energía y garantizar la estabilidad de los precios".
La relación entre el conflicto sirio y los recursos petrolíferos
De acuerdo con el analista, existe una relación entre la inestabilidad en Oriente Medio y las grandes reservas de gas y petróleo existentes en esa región del mundo.La firma de un acuerdo entre Siria, Irak e Irán en 2011 para la construcción de un nuevo gasoducto ha sido un punto clave de la guerra siria y de la injerencia extranjera en Siria por parte de Arabia Saudita, Catar, EE.UU. y otros países, señaló.
Este nuevo gasoducto saldría del yacimiento de gas South Pars (Pars del Sur) en Irán, pasaría por Irak y Siria, y desde allí, por el Mediterráneo, llegaría hasta Europa, donde podría formar parte del mercado del gas y competir directamente con Catar, nación que aspira convertirse en el jugador dominante de esta industria en el continente europeo.
"El intento de destruir Siria es un intento de hacerse con el control de esa posible ruta del gasoducto", apuntó Engdahl.
Por otro lado, el experto afirmó que la primavera árabe fue un plan puesto en marcha desde Washington, por la Fundación Nacional para la Democracia y el Pentágono, entre otros.
"Necesitaban algo para tirar las piezas del tablero de ajedrez y recuperar el control porque lo estaban perdiendo masivamente", indicó.