"La petrolera Chevron trabaja de un modo agresivo, prácticamente intimidante, con quien se opone a sus postulados e intereses", afirma Orlando Pérez, director del diario 'El Telégrafo'.
Según el periodista, teniendo en cuenta la forma en la que la petrolera actúa con respecto a Ecuador, se puede decir que trata a este país como a "una colonia en la que no rigen leyes, no hay soberanía, no hay respeto a las instituciones, y mucho menos a la naturaleza de aquellas naciones, de aquellos campos contaminados por la petrolera".
Se estima que esta contaminación se ha cobrado al menos 1.400 vidas en la región, por enfermedades derivadas de los vertidos. Muchos indígenas y agricultores siguen afectados por secuelas, que incluyen defectos de nacimiento y distintos tipos de cáncer.
Por lo tanto, la humanidad debe entender que "las petroleras, en particular Chevron, no hacen ética ni responsablemente su trabajo". Chevron "es intolerante, sorda, ciega a las demandas de la comunidad internacional", considera el experto.
La petrolera norteamericana se ha negado a pagar una indemnización de 9.500 millones de dólares, fijada por la justicia de Ecuador, en el marco de un proceso legal iniciado por indígenas y colonos de la Amazonía ecuatoriana, que acusan a la compañía de graves daños ambientales provocados durante el tiempo en el que operó en esa región.