Kirguistán, una de las antiguas repúblicas soviéticas de la región de Asia central, está al borde de una guerra civil.
Un avión del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia llevó ayuda humanitaria a ese país. El 12 de junio en el vuelo de regreso trasladó a Moscú a seis heridos de gravedad en módulos médicos especiales. Estuvieron acompañados por un equipo de diez médicos rusos.
La presidenta del gobierno provisional, Roza Otunbáyeva, solicitó ayuda a la comunidad internacional y la introducción de las fuerzas de paz en la región.
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, precisó que se trata de un conflicto puramente interno del país y que el envío de las tropas pacificadoras a la zona puede ser realizado solamente de conformidad con la decisión de los secretarios de los Consejos de Seguridad de los países de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva).
La Unión Europea declaró que mandará a Kirguistán a un experto que tendrá que estimar la situación desde el punto de vista de los suministros de ayuda humanitaria que necesita la zona.
Dos días de enfrentamientos interétnicos entre uzbecos y kirguisos en la ciudad de Osh ya causaron 80 muertos y más de mil heridos. Las autoridades locales afirman que la cifra real de víctimas fatales puede ser mucho más alta de la oficial, ya que se reportan sólo aquellos que fueron llevados a las morgues, mientras que, según testigos, hay decenas de cuerpos que permanecen en edificios quemados.
La localidad está dividida: por algunas calles sólo se permite el paso a los kirguisos, en otras sólo a miembros de la comunidad uzbeca. La población civil busca huír a Uzbekistán. Los Gobiernos respectivos abrieron la frontera. Según datos de la Comisión Europea y la Cruz Roja, más de 6.000 refugiados de Kirguistán ya atravesaron la frontera.
Vehículos blindados y efectivos de los servicios especiales de seguridad están patrullando el centro de Osh. Unos 2.000 policías tratan de estabilizar la situación.
Sin embargo, la ciudad sigue en llamas. Arde la universidad y la torre de la televisión local. Un grupo de desconocidos atacó el hospital central de la región. Se comunica que grupos armados roban y saquean.
Los disturbios se expandieron a la ciudad vecina Jalal-Abad. Allí, según datos preliminares, el número de víctimas llegó a seis muertos y 56 heridos y continúan los tiroteos por todas partes de la localidad.
Unos desconocidos armados ocuparon un puesto de la policía de tránsito en las cercanías de la ciudad y casi cerraron el paso por la autopista, disparando contra todos los vehículos que se acercaban. Fue capturado también un puesto militar, de cual extrajeron armas y un vehículo blindado de combate.
El gobierno interino del país no tiene fuerzas suficientes para estabilizar la situación en la región y ha declarado que a partir hoy empezará a movilizar a una parte de los ciudadanos sujetos al servicio militar.
Además, ayer las fuerzas policiales recibieron permiso oficial para abrir fuego contra grupos armados en la zona de emergencia. La orden se refiere a situaciones de defensa de la población civil y así impedir la liberación de presos y asegurar la autodefensa. También en caso de amenazas a la vida y la salud de sus efectivos y en respuesta a los ataques.