Esta declaración fue realizada por la principal asesora de la Seguridad Nacional, Lisa Monaco, en una carta dirigida a 13 decános de instituciones estatales de medicina en la que aseguraba que la CIA había decidido no recurrir más a programas ni a trabajadores de vacunación con propósitos de espionaje.
La agencia acordó además no usar el material genético obtenido en esos programas. Las cartas fueron enviadas la semana pasada, pero la información no se hizo pública hasta este lunes.
El caso que más transcendió de esta práctica fue la operación para descubrir a Osama bin Laden. La CIA utilizó en Pakistán el programa del doctor Shakil Afridi de vacunación contra la poliomelitis en la ciudad de Abbottabad, donde se escondía el líder de Al Qaeda. El médico suministró vacunas en esta ciudad como cobertura para una operación de la CIA para obtener muestras de ADN, lo que finalmente le sirvió para hallar a Bin Laden, que fue abatido por las fuerzas especiales de EE.UU. en 2011.
Los decanos de las facultades de salud de EE.UU. criticaron posteriormente el uso del programa de vacunación por parte de la CIA.