La única excepción es la Guerra Civil de 1861-1865, todas las demás guerras de EE.UU. siempre tuvieron lugar en el extranjero: en Cuba, México, Filipinas, Japón, Panamá, Vietnam, Irak y en muchos otros países. En total EE.UU llevó a cabo 201 operaciones militares en el extranjero entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y el año 2001, y luego añadió a esta lista Afganistán, Irak y Libia, según el estudio del 'American Journal of Public Health' presentado en la edición de junio de 2014.
¿Habría podido Japón atacar EE.UU. estando en guerra contra China y la URSS?
Las guerras tradicionalmente alabadas en EE.UU. —como las operaciones en Alemania y Japón— merecen un vistazo crítico, continúa Paul Craig Roberts. ¿Habría podido Alemania controlar toda Europa y seguir siendo una amenaza para Estados Unidos, sin contar que en el momento de la intervención estadounidense en la Segunda Guerra Mundial las tropas de la URSS ya habían cambiado el curso de la guerra? ¿Habría podido Japón atacar EE.UU. estando en guerra contra China y la URSS?
También se pregunta "¿en serio podía considerarse a la Nicaragua sandinista "una amenaza" para EE.UU? ¿O Corea del Norte? ¿O Vietnam del Norte?" Las guerras estadounidenses siempre perseguían objetivos y casi nunca "defendían la patria".
Lo que ocurre hoy, según Roberts, es el trabajo de Washington para reanudar la guerra fría contra Rusia. Para eso organizó el golpe de Estado en Ucrania e introdujo un régimen controlado, lanzando amenazas contra Rusia y dibujando una imagen demoníaca del país. Con este pretexto aumenta su presencia militar en los países bálticos y en Europa del Este, y justifica sus enormes gastos en el sector militar, que este suele devolver en forma de donaciones para campañas políticas.
El 4 de julio de 1776 los fundadores de EE.UU. proclamaron unilateralmente su independencia del Reino de Gran Bretaña, acabando con el estado de colonias y formando un nuevo Estado soberano. Según la reacción de Washington ante el referéndum de autodeterminación de las provincias ucranianas de Lugansk y Donetsk, las acciones de los Padres Fundadores de EE.UU. fueron "ilegítimas e ilegales", añade Paul Craig Roberts y llama a "celebrar el 4 de julio como el Día de la Independencia y no el Día del Imperio Estadounidense".