Un lúgubre aniversario: 70 años del comienzo de Aushwitz
Hoy se conmemora el primer transporte de los prisioneros al campo de concentración nazi más cruento de la Segunda Guerra Mundial, Auschwitz (Polonia), donde tras sus alambradas perdieron la vida más de un millón personas procedentes de toda Europa.
El Museo Estatal de Aushwitz celebra hoy una misa en recuerdo de las víctimas de la barbarie nazi.
La historia de este mayor centro de exterminio de la historia comenzó hace exactamente 70 años cuando el 14 de junio de 1940, las autoridades nazis ordenaron el transporte del primer grupo de presos al campo de concentración de los cuales sobrevivieron menos de un cuarto. Miles fueron asesinados en las cámaras de gas.
Así cuenta su macabra experiencia la rusa Yekaterina Davidénkova que fue testigo ocular de los horrores de Auschwitz:
“De la plataforma a la que llegamos nos pusieron en una larga fila en el crematorio número cuatro. No sabíamos para qué, ni nada... De las chimeneas salían columnas de humo y olía muy raro, pensábamos que nos iban a meter en una cocina… Cuando ya estábamos cerca de la puerta, pasaron dos vehículos cargados con lo que yo pensé era carne. Y de golpe un vehículo paró porque se le cayó un cadáver, sólo entonces nos dimos cuenta de qué lugar se trataba…”.
Fue la acertada ubicación geográfica según los invasores nazis lo que determinó que el antiguo cuartel de la monarquía austro-húngara se convirtiera en el infame lugar que se recuerda al día de hoy. Emplazado al sur de Polonia, en una situación favorable de las vías de comunicación y en una zona rica en carbón y agua potable. Auschwitz debía suministrar mano de obra esclava al gigantesco complejo industrial del conglomerado alemán de compañías químicas IG Farben.
La pesadilla del campo de concentración, situado a unos 40 klómetros de Cracovia, duró hasta el 27 de enero de 1945 cuando fue liberado por las tropas soviéticas en su avance hacia Berlín. Actualmente el complejo es Patrimonio de la Humanidad que no cesa de recordarnos cuánto daño y dolor pueden causar el odio y el nazismo al ser humano.