Occidente quería introducir sanciones contra Rusia si las elecciones en Ucrania fracasaban por el motivo que fuera, comentó el canciller ruso, y destacó que esta política refleja que en Occidente están teniendo lugar procesos profundos.
"Si no fuera por Ucrania, sería por cualquier otra cosa. Nos tomamos con filosofía el hecho de que nos culpen absolutamente de todo. Mucho antes de que empezaran los acontecimientos trágicos del Euromaidán y los extremistas empezaran a exigir que la oposición actuara anticonstitucionalmente, había muchas reclamaciones contra Rusia: por la cuestión siria, el programa nuclear iraní, el caso Snowden. Estaban descontentos porque los Juegos Olímpicos los organizábamos nosotros", destacó el ministro.
Añadió que incluso le había llegado la información de que EE.UU. había declarado que la postura rusa sobre la deuda ucraniana por el gas es injustificada y que podía imponer sanciones contra Moscú al respecto. "Es obvio que esta gente está buscando algún pretexto para seguir presionándonos. Pero, primero, todos estos intentos son ridículos y miserables. Y segundo, los intentos de presionar a Rusia jamás han dado resultado", puntualizó Lavrov.
Al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia rusa destacó que Moscú está dispuesto a ser un socio fiable del nuevo presidente ucraniano, Piotr Poroshenko. "Esperamos que actuará en nombre de todo el pueblo ucraniano. En este caso, verá en nosotros a un socio serio y fiable", subrayó Lavrov. Insistió, además, en la necesidad de poner urgentemente en práctica las promesas de investigar los crímenes contra civiles cometidos en Ucrania.
"Vi ayer que el señor Poroshenko había dicho en una entrevista que está interesado en una investigación internacional y que va a invitar a expertos de la UE, por ejemplo, de Alemania, y también de Rusia, para investigar la tragedia de Odesa del pasado 2 de mayo. Anteriormente Kiev había declarado que expertos israelíes participarán en la investigación de los asesinatos perpetrados en Maidán por francotiradores entre el 18 y el 20 de febrero. Esperamos que las autoridades ucranianas pasen de las promesas y declaraciones a las acciones prácticas", comentó Lavrov.
Recordó, además, que en su programa electoral Poroshenko se comprometió a unir el país. "Prometió visitar Donbass, pero de momento allí hay una guerra civil a plena escala. Él declara que hay que poner fin a la llamada 'operación antiterrorista' lo antes posible, pero quiere conseguirlo intensificándola. Si la idea es que el Ejército, la Guardia Nacional, los radicales del Sector Derecho y demás acabarán con la resistencia del sudeste con armas pesadas antes de la ceremonia de investidura de Poroshenko y él podrá entrar a Donbass como un triunfador, esto no creará buenas condiciones para que lo acepte la región de Donetsk. La prioridad número uno debe ser el cese inmediato de toda actividad militar", puntualizó Lavrov.