El inmueble, propiedad de Transportes Metropolitanos de Barcelona, era un centro social autogestionado que llevaba 17 años okupado.
Durante este tiempo pasó a convertirse en un símbolo del movimiento okupa.
Los manifestantes levantaron barricadas con contenedores, incendiaron papeleras, derribaron señales de tráfico y pintaron sobre el mobiliario urbano del barrio barcelonés. Por su parte, los Mossos d'Esquadra (la Policía de Cataluña) usaron un cañón de sonido para reprimir la protesta.
Según fuentes municipales, en total son 30 los detenidos por los incidentes de Can Vies. Además, unas 14 personas resultaron heridas.
El Ayuntamiento de Barcelona ha cifrado en unos 62.000 euros los desperfectos causados por los manifestantes la noche del miércoles.