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La ludopatía afecta cada vez a más costarricenses
En Costa Rica, según un reciente estudio, los casinos y otros clubes de juegos clandestinos proliferan en zonas con altos índices de pobreza. Los psicólogos están alarmados y advierten que cada día hay más jóvenes que se contagian de esta epidemia.
Para desintoxicarse de la ludopatía muchas personas asisten casi todas las semanas a reuniones de un grupo llamado Jugadores Anónimos, en San José, y que tiene como meta la recuperación de vidas truncadas por los juegos de azar.
"Llegó un día en que me quedé sin trabajo, tuve que afrontar una gran cantidad de deudas y, cuando me llegó una nueva oferta de trabajo, lo primero que pensé es que con el salario podría seguir jugando. Tal pensamiento me aterró, me hizo darme cuenta que si no hacía algo diferente, me iba a morir en un casino y, solo entonces, empecé a buscar ayuda", comenta Estaban, miembro de Jugadores Anónimos.
Hoy en día el problema de la ludopatía está muy extendido en Costa Rica. En 2008 el Ministerio de Salud declaró la adicción al juego como un problema de salud de interés público y nacional. Pero eso no ha servido de nada y la cantidad de adictos es cada vez mayor.
"He recibido a 310 personas. Esa es la cantidad de gente que ha pasado por aquí desde que pertenezco al grupo [Jugadores Anónimos]. Hay muchísima, muchísima gente, desconozco la cifra exacta, pero le puedo decir que la cantidad es grandísima", relata por su parte Tony.
Para Tony, nombre ficticio, que estuvo 18 años continuos jugando a las cartas, la explicación del 'boom' de la ludopatía radica en la facilidad para acceder a los casinos. Solo en la capital del país se calcula que hay unos 350 locales de juegos de azar.
"Aquí las tentaciones que existen para convertirse en un ludópata son muchas: a través de los casinos, de la lotería, que hay muchísimos sorteos, todos los días, hasta dos veces cada día y como 20-25 formas diferentes de apostar", agregó.
Otro factor podría ser la ignorancia de la sociedad sobre la ludopatía. En el país no existen centros públicos especializados para tratar el problema, según confesaron miembros de Jugadores Anónimos. De tal manera que este grupo, creado por iniciativa privada, podría ser uno de los pocos remedios a la adicción. Otra piedra en el camino es que tan solo hay dos sedes: una en San José y la otra en Heredia.
"En nuestro país nunca se ha informado a la sociedad sobre lo que es la ludopatía. Sí que se habla de muchos otros tipos de adicciones como, por ejemplo, la marihuana, la cocaína, digamos que son drogas tangibles. Pero nunca se ha dado información real en referencia a la del juego. Incluso da un poco de caché. Uno piensa que obtiene ese estatus solo por el mero hecho de ir a jugar al casino y así nos hemos iniciado muchos", explica Ronald Cambronero.
Mientras, los psicólogos alertan sobre la trampa del juego. Después del golpe de suerte, cuando uno obtiene su primer premio, siempre viene la mala fortuna en forma de una adicción en la que cualquiera puede caer atrapado.
"Casi cualquier persona puede caer en el juego si se dan las circunstancias debidas. En algunos casos pongo yo el ejemplo de los estudiantes de psicología con quienes trabajo para que hagan una pequeña apuesta, por ejemplo, en un bar en las máquinas tragaperras. Aquellos alumnos a quienes les toca esa pequeña cantidad que han apostado enseguida quieren volver a jugar", explica el psicólogo Jorge Barraca.
Aunque realmente es muy difícil para los adictos a los juegos de azar despedirse para siempre de su adicción, los miembros de Jugadores Anónimos tienen al menos donde elegir. O bien rendirse ante la tentación del brillo hipnótico de los casinos y sus apuestas o luchar y escapar de las garras de esa adicción y recuperar su vida normal. Esto último, evidentemente, solo si cuentan con las fuerzas necesarias.
"Llegó un día en que me quedé sin trabajo, tuve que afrontar una gran cantidad de deudas y, cuando me llegó una nueva oferta de trabajo, lo primero que pensé es que con el salario podría seguir jugando. Tal pensamiento me aterró, me hizo darme cuenta que si no hacía algo diferente, me iba a morir en un casino y, solo entonces, empecé a buscar ayuda", comenta Estaban, miembro de Jugadores Anónimos.
Hoy en día el problema de la ludopatía está muy extendido en Costa Rica. En 2008 el Ministerio de Salud declaró la adicción al juego como un problema de salud de interés público y nacional. Pero eso no ha servido de nada y la cantidad de adictos es cada vez mayor.
"He recibido a 310 personas. Esa es la cantidad de gente que ha pasado por aquí desde que pertenezco al grupo [Jugadores Anónimos]. Hay muchísima, muchísima gente, desconozco la cifra exacta, pero le puedo decir que la cantidad es grandísima", relata por su parte Tony.
Para Tony, nombre ficticio, que estuvo 18 años continuos jugando a las cartas, la explicación del 'boom' de la ludopatía radica en la facilidad para acceder a los casinos. Solo en la capital del país se calcula que hay unos 350 locales de juegos de azar.
En nuestro país nunca se ha informado a la sociedad sobre lo que es la ludopatía
"Aquí las tentaciones que existen para convertirse en un ludópata son muchas: a través de los casinos, de la lotería, que hay muchísimos sorteos, todos los días, hasta dos veces cada día y como 20-25 formas diferentes de apostar", agregó.
Otro factor podría ser la ignorancia de la sociedad sobre la ludopatía. En el país no existen centros públicos especializados para tratar el problema, según confesaron miembros de Jugadores Anónimos. De tal manera que este grupo, creado por iniciativa privada, podría ser uno de los pocos remedios a la adicción. Otra piedra en el camino es que tan solo hay dos sedes: una en San José y la otra en Heredia.
"En nuestro país nunca se ha informado a la sociedad sobre lo que es la ludopatía. Sí que se habla de muchos otros tipos de adicciones como, por ejemplo, la marihuana, la cocaína, digamos que son drogas tangibles. Pero nunca se ha dado información real en referencia a la del juego. Incluso da un poco de caché. Uno piensa que obtiene ese estatus solo por el mero hecho de ir a jugar al casino y así nos hemos iniciado muchos", explica Ronald Cambronero.
Mientras, los psicólogos alertan sobre la trampa del juego. Después del golpe de suerte, cuando uno obtiene su primer premio, siempre viene la mala fortuna en forma de una adicción en la que cualquiera puede caer atrapado.
"Casi cualquier persona puede caer en el juego si se dan las circunstancias debidas. En algunos casos pongo yo el ejemplo de los estudiantes de psicología con quienes trabajo para que hagan una pequeña apuesta, por ejemplo, en un bar en las máquinas tragaperras. Aquellos alumnos a quienes les toca esa pequeña cantidad que han apostado enseguida quieren volver a jugar", explica el psicólogo Jorge Barraca.
Aunque realmente es muy difícil para los adictos a los juegos de azar despedirse para siempre de su adicción, los miembros de Jugadores Anónimos tienen al menos donde elegir. O bien rendirse ante la tentación del brillo hipnótico de los casinos y sus apuestas o luchar y escapar de las garras de esa adicción y recuperar su vida normal. Esto último, evidentemente, solo si cuentan con las fuerzas necesarias.
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