Días después del acoplamiento de la nave espacial Soyuz TMA-13M, con una tripulación internacional a bordo, a la Estación Espacial Internacional (EEI), la compañía estadounidense SpaceX presentó la cápsula tripulada Dragon V2, capaz de llevar a los astronautas a la EEI y volver a la Tierra.
La empresa no solo pretende competir con la Soyuz TMA-13M, sino superarla. El primer lanzamiento del Dragon V2 está previsto para 2017 y podría, según algunos expertos, marcar el fin de la cooperación entre Rusia y EE.UU., al menos en algunas áreas determinadas. Sin embargo, según el escritor estadounidense Adam Minter, EE.UU. debería andar con pies de plomo.
"EE.UU. no debería asumir que sus avances tecnológicos durarán eternamente" por contar con la ayuda del sector privado, indica en un artículo titulado 'U.S. and Russia Should Avoid Star Wars' ('EE.UU. y Rusia deben evitar una guerra de las galaxias') y publicado en el portal Bloomberg.
"SpaceX y otros operadores privados felizmente cooperarán en el lanzamiento de misiones científicas que no aportan claros beneficios, pero no las desarrollarán ni las operarán", subraya Minter. Y es que este tipo de misiones requiere la cooperación de agencias espaciales nacionales y en una época de en la que los presupuestos son considerablemente reducidos, también necesita de socios internacionales.
Aunque Rusia es un candidato para la asociación que despierta incertidumbre, EE.UU. ha estado colaborando con ese país y ocasionalmente sancionándolo, durante décadas. "No hay ninguna razón para detener [esa asociación] ahora", resalta Minter.
Rusia y China estrechan lazos en proyectos espaciales
A raíz de la ruptura de relaciones espaciales, Moscú parece estar firmemente decidido a expandirse en el espacio y ya está buscando y encontrando nuevos socios. Hace dos semanas el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, anunció que Moscú y Pekín crearán un cuerpo especial para la supervisión de la ejecución de ocho proyectos estratégicos relacionados con la creación de unas infraestructuras fronterizas mutuas y con el espacio.Como expresó el escritor y periodista Joe Pappalardo en el portal Popular Mechanics, es posible que la próxima generación de estación espacial cierre sus puertas a EE.UU. y deje a los astronautas estadounidenses "flotando fuera de la cámara de descompresión" y "mirando por la ventana a los europeos, indios y chinos que se encuentran dentro".