Durante estas operaciones los militares se entrenarán para derribar armas de alta precisión aire-tierra en importantes instalaciones de un enemigo imaginario. En el curso de estos ejercicios de rutina los militares rusos comprobarán el sistema unificado de control automatizado, reconocimiento, destrucción, guerra electrónica, comunicaciones y soporte de información de las armas de precisión tierra-aire.
La efectividad será evaluada con la ayuda de aviones no tripulados de fabricación nacional que están dotados de modernas herramientas digitales de visualización y de transmisión de datos.
Aunque el comunicado de prensa no especifica en qué lugar se desarrollarán estas maniobras, cabe recordar que a finales del año pasado el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, se mostró en desacuerdo con la preocupación de la OTAN ante el despliegue de sistemas de misiles Iskander, destacando que su Ministerio puede desplegar estos misiles en cualquier parte del territorio ruso que estime conveniente.
Por otro lado, las autoridades rusas han mencionado en varias ocasiones la posibilidad de desplegar los misiles Iskander en Kaliningrado, un enclave ruso en Europa que limita con Polonia y Lituania. Moscú ve este paso como una medida de reciprocidad a un despliegue permanente de tropas de la OTAN en Europa del Este.