El Tribunal de Estrasburgo prohíbe a Finlandia deportar a la anciana rusa

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos prohibió el miércoles a las autoridades finlandesas deportar a Irina Antónova, la ciudadana rusa de 82 años, que está en estado muy grave y se encuentra en el país  en casa de su hija, pero en situación irregular. Según confirmó el defensor de derechos humanos Johan Beckman, el Tribunal de Estrasburgo envió el dictamen de no deportación hasta nueva orden al Gobierno de Finlandia para que lo remita a la policía de inmigración. “Es una victoria”, resumió Beckman.

Sin embargo, la hija de Antónova, Natalia Käärik, dijo que esa decisión no es suficiente. “Claro que la indignación con la actuación de las autoridades finlandesas ha aumentado aún más. Para nosotros la suspensión de la deportación no es una solución, no nos basta. Se trata sobre todo de la salud de mi madre. Necesitamos un permiso de residencia. Todavía no es seguro si las autoridades lo van a conceder”, dijo.

Antónova permanece en el hospital, donde fue ingresada el 15 de junio. Los médicos le diagnosticaron un trastorno de la circulación, que afectó a las zonas responsables de la vista y a la memoria en el hemisferio derecho del cerebro. “Mi madre ya me reconoce, aunque a veces es como si mirara a otro lado", según comentó Käärik.

Irina Antónova, que usa silla de ruedas, lleva más de dos años viviendo en Helsinki en la casa de su hija, que la trasladó desde la ciudad rusa de Víborg con un visado de visitante. La anciana no tiene ni casa ni familiares en Rusia. Por más que Natalia y su marido hicieron todo lo posible, no consiguieron un permiso de residencia en Finlandia para su pariente, que necesita cuidados diarios.

“Ni siquiera ayudó el diagnóstico oficial de los médicos que afirmaba que la deportación podría provocar la muerte de mi madre” dijo Natalya. La intevención del primer ministro Putin, que pidió a su homólogo finlandés, Matti Vanhanen, hacer una excepción, tampoco surtió efecto.

Las autoridades migratorias de Finlandia explican su decisión por el hecho de que la madre no se considera como una pariente próxima de su propia hija, según la ley del país, y por tanto no tiene derecho a residencia permanente.