En una cena celebrada en su residencia oficial, Dilma Rousseff
ha defendido la organización del Mundial, pese a que los retrasos y los costes en las obras han sido mayores que en otros países organizadores del campeonato, informa Reuters. La presidenta insiste en que el campeonato será un éxito a pesar de los retrasos.
En relación a las infraestructura prometidas que se encuentran inacabadas, la presidenta esgrime: "Una línea de metro no está lista en dos años. Quizás solo en el metro de China". Los retrasos y las manifestaciones subsiguientes representan "el coste de democracia", según ella. En cuanto a las protestas antigubernamentales contra la corrupción debido a los costes excesivos en la organización del Mundial, la presidenta precisa que de un total de 63.000 millones de dólares invertidos en infraestructuras y movilidad urbana, solo 4.000 millones fueron destinados exclusivamente al Mundial.
En el marco de las
protestas contra el Mundial, que a veces se vuelven violentas, miles de policías y de soldados suplementarios van a controlar las calles para prevenir cualquier tipo de daño, anunció Rousseff.
"Garantizaremos la seguridad de la gente", cita Reuters
a la presidenta.