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Miles de refugiados abandonan los focos de combate en el sureste de Ucrania
El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, califica de falsas las declaraciones de las autoridades ucranianas que niegan la existencia de refugiados ucranianos, que, según él, suman ya 4.000 personas.
"La gente está asustada, tiene miedo, mientras que las autoridades ucranianas no ven los problemas humanitarios, hablan de ausencia de los refugiados, lo que es mentira, claro. Es muy desagradable oírlo todo esto", dijo Medvedev en la sesión del Gobierno de este jueves.
Medvedev también se mostró sorprendido de que el G-7 hable de "acciones sostenibles del Ejercito ucraniano contra su propia gente". "Aquí el cinismo no tiene límites", dijo.
Medvedev aclaró que el jueves por la mañana había discutido por teléfono la cuestión de los refugiados con el gobernador de la región de Rostov. Cada día solo a esta región llegan de Ucrania 3.000 personas, la mayoría mujeres y niños, dijo Medvedev.
Los residentes de las ciudades y localidades de las regiones orientales de Ucrania, convertidas desde hace semanas en puntos de tensión, hacen las maletas y se marchan en masa huyendo de los bombardeos, imposibles de predecir.
En quince provincias de la región rusa de Rostov, que se encuentran cerca de la frontera ucraniana, las autoridades han decretado el estado de emergencia debido al aumento de los refugiados ucranianos en su territorio. Para alojar a los refugiados las autoridades de la región han habilitado dos centros de salud para niños que pueden dar techo a un total de 550 personas. En uno de ellos ahora se encuentran 217 ucranianos de Lugansk y Slaviansk, 127 de los cuales son niños.
Según el alcalde popular de Slavisnsk, Viacheslav Ponomariov, ahora en la ciudad quedan 4.234 niños. Los demás, unos 17.000, fueros trasladados a regiones vecinas, donde fueron alojados en casas de reposo y campamentos de verano. Este jueves otros 200 niños fueron enviados al campamento de verano Artek en Crimea.
Miles de refugidos también se encuentran en el territorio de la península de Crimea, según ha declarado en una rueda de prensa el presidente del Consejo Estatal de Crimea, Vladímir Konstantínov.
"De iure estos refugiados son pocos, pero de facto resultan bastantes. La gente todavía no quiere reconocer que son refugiados, y en secreto esperan que la situación en el sureste de Ucrania mejore y que se normalice para septiembre, cuando los niños tendrán que ir a la escuela. Muchas personas que vienen a Crimea solo piden ayuda temporal", asegura Konstantínov.
Medvedev también se mostró sorprendido de que el G-7 hable de "acciones sostenibles del Ejercito ucraniano contra su propia gente". "Aquí el cinismo no tiene límites", dijo.
Medvedev aclaró que el jueves por la mañana había discutido por teléfono la cuestión de los refugiados con el gobernador de la región de Rostov. Cada día solo a esta región llegan de Ucrania 3.000 personas, la mayoría mujeres y niños, dijo Medvedev.
Los residentes de las ciudades y localidades de las regiones orientales de Ucrania, convertidas desde hace semanas en puntos de tensión, hacen las maletas y se marchan en masa huyendo de los bombardeos, imposibles de predecir.
En quince provincias de la región rusa de Rostov, que se encuentran cerca de la frontera ucraniana, las autoridades han decretado el estado de emergencia debido al aumento de los refugiados ucranianos en su territorio. Para alojar a los refugiados las autoridades de la región han habilitado dos centros de salud para niños que pueden dar techo a un total de 550 personas. En uno de ellos ahora se encuentran 217 ucranianos de Lugansk y Slaviansk, 127 de los cuales son niños.
Según el alcalde popular de Slavisnsk, Viacheslav Ponomariov, ahora en la ciudad quedan 4.234 niños. Los demás, unos 17.000, fueros trasladados a regiones vecinas, donde fueron alojados en casas de reposo y campamentos de verano. Este jueves otros 200 niños fueron enviados al campamento de verano Artek en Crimea.
Miles de refugidos también se encuentran en el territorio de la península de Crimea, según ha declarado en una rueda de prensa el presidente del Consejo Estatal de Crimea, Vladímir Konstantínov.
"De iure estos refugiados son pocos, pero de facto resultan bastantes. La gente todavía no quiere reconocer que son refugiados, y en secreto esperan que la situación en el sureste de Ucrania mejore y que se normalice para septiembre, cuando los niños tendrán que ir a la escuela. Muchas personas que vienen a Crimea solo piden ayuda temporal", asegura Konstantínov.
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