La causa de la indignación radica en una propuesta de congresistas, que abogan por renombrar la calle International Place Northwest en honor de Liu Xiaobo, un disidente chino y premio Nobel que se encuentra encarcelado en China. De esa manera los congresistas buscan llamar la atención sobre el problema de los derechos humanos en China.
No obstante, Mary Cheh, miembro del Consejo de Washington, se mostró en contra de esta medida, subrayando que sería más apropiado debatir tales temas en el Congreso u otras instituciones.
Por su parte, el portavoz de la embajada china en EE.UU., Geng Shuang, esgrimió que el avance económico que China muestra durante las últimas décadas y el hecho de que unos 600 millones de personas hayan salido de la pobreza "es el mayor de los derechos humanos".
"En cambio, solo se interesan por varios delincuentes que fueron condenados de acuerdo con las leyes chinas. Es obvio que lo que realmente importa no es el bienestar de la gran mayoría del pueblo chino, sino la agenda política. Es ridículo que, al hacerlo, incluso afirmen hablar del nombre del pueblo chino", se lamenta Shuang.