El periódico 'The New York Times' publicó reciéntemente unas sorprendentes estadísticas relacionadas con el programa de transferencia militar creado por el Congreso en los años 90 en el marco del cual los elementos del inventario del Departamento de Defensa que están en desuso se suministran a los departamentos de Policía de ciudades pequeñas de forma gratuita.
Nuevos datos del Pentágono revelan un número muy elevado de suministros militares de gran potencia que se envían hoy en día a las fuerzas policiales por todo el territorio de EE.UU.
Desde 2006, un total de 432 vehículos blindados superprotegidos y resistentes a las minas (MRAP) han sido entregados por el Gobierno federal a departamentos locales y estatales de Policía en gran parte de los 50 estados del país. Cada uno de esos vehículos cuesta cerca de un millón de dólares y fue diseñado para utilizarse en campos de batalla como los de Afganistán e Irak.
Durante la administración de Obama, según datos del Pentágono, la Policía ha recibido decenas de miles de ametralladoras, cerca de 200.000 cargadores, miles de piezas de camuflaje y equipos de visión nocturna, cientos de silenciadores, fusiles M-16, lanzagranadas, vehículos blindados y aviones, según publicó 'The New York Times'. Y todo ese inventario militar se transporta a localidades que difícilmente podrán ser encontradas en el mapa por la mayoría de los estadounidenses.
El diario añade que desde el año 2006, casi 900 vehículos MRAP y otros tipos de vehículos blindados han sido entregados por el Pentágono a los policías, así como 533 aviones, 93.763 ametralladoras y 180.718 cargadores.
El año pasado, una investigación de la agencia Associated Press reveló que bajo el programa del Departamento de Defensa "una parte desproporcionada" de la propiedad del Pentágono (con un valor de 4.200 millones de dólares) fue "entregada a la Policía en zonas rurales con pocos oficiales y escasa delincuencia".
Sin embargo, los representantes de la Policía aseguran que la adquisición de estos artículos está destinada a reforzar la seguridad, uno de los objetivos principales de los agentes del orden.