Actualmente el pelotón está equipado con lanzagranadas automáticos AGS-17 Flame de 30 milímetros de calibre con un alcance de 1.700 metros. Para utilizar ese armamento es necesario acercarse al enemigo a esa misma distancia, algo que no siempre es fácil de conseguir en condiciones de combate.
Para elaborar el nuevo sistema, los ingenieros rusos se inspiraron en la experiencia de varios conflictos locales, en los que grupos insurgentes lograron crear un lanzacohetes múltiple bastante eficaz a partir de sistemas de misiles de aeronaves diseñados para disparar cohetes no guiados.
La aviación rusa dispone, por ejemplo, del lanzador B8M-1 equipado con cohetes no guiados S-8KOM de 80 milímetros de calibre. El uso de los nuevos sistemas robóticos de lanzacohetes fabricado sobre la base del B8M-1 permitirá alcanzar objetivos a distancias de hasta 4.000 metros.
El control de esos sistemas se lleva a cabo desde centros de trabajo automatizados con operadores. Cada operador puede manejar entre 2 y 10 unidades de estas nuevas instalaciones. El complejo robótico de lanzacohetes incluye un sistema de navegación, topografía, vigilancia y reconocimiento y cuatro módulos de armas a control remoto.
Por lo tanto, la innovación propuesta por los especialistas de Penza tendrá una gran autonomía, movilidad, alta precisión topográfica, versatilidad y alta resistencia.