Varios comités del Congreso de EE.UU. ya han añadido fondos adicionales para el presupuesto militar del año fiscal 2015 para empezar a trabajar en un nuevo motor de cohete de producción nacional.
De este modo, los estadounidenses buscan eliminar la actual dependencia de los motores RD-180 de fabricación rusa utilizados para el lanzamiento de satélites militares de United Launch Alliance, empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin.
Algunos expertos estiman que la construcción de un nuevo motor de cohete de fabricación estadounidense le costaría al Pentágono alrededor de 1.000 millones de dólares y podría tardar unos cinco años en completarse.