Millonaria deja a sus perros una herencia de más de 11 millones de dólares
El hijo de una de las más ricas vecinas de Florida (EE. UU.) se vio obligado a entablar una demanda contra unos perros por una herencia. Su madre, Gail Posner, que tenía 67 años, dejó 3 millones de dólares y una mansión en en Sunset Island, en Miami Beach valorada en 8,3 millones de dólares, a sus tres perros.
Bret Carr, hijo de la millonaria, sostiene que los animales domésticos, "persuadieron" a Posner para dejarles un total de cerca de 13 millones de dólares en herencia.
Gail Posner murió de cáncer en marzo de 2010, pero sus perros están todavía ataviados con caros collares y visitan cada semana un 'spa', según cuenta el Daily Telegraph. Mientras tanto, su propio hijo ha recibido apenas un millón.
En su demanda, Carr afirma que la madre tenía que haberle dejado todos sus bienes a él. Sostiene que los empleados domésticos le suministraban enormes dosis de analgésicos a la enferma para cambiar el testamento a favor de los perros y así recibir el control sobre su gran fortuna.
Por ejemplo, el ama de llaves de Posner, Elizabeth Beckford, de acuerdo con el testamento, recibirá 2 millones de dólares, y la hija de ésta, 386.000 dólares. Por su parte, dos guardaespaldas de la señora tendrían que recibir 7 y 5 millones, y un entrenador personal 1,3 millones.
Según el abogado de Carr, Bruce Katz, "Gayle tuvo serios problemas. Sufría de cáncer y trastorno bipolar, y era muy sensible a la sugestión" de su entorno.
La millonaria, heredera por parte de su padre de 32 millones de dólares, con frecuencia se jactaba del lujoso nivel de vida de sus perros. En 2007, en una entrevista dijo que le compró a uno de ellos, una chihuahua llamada Conchita, un collar de diamantes de 15.000 dólares, pero el complemento no fue del agrado de la mascota. "Conchita es la única chica que no cree que los diamantes son sus mejores amigos", dijo entonces la millonaria.
Una historia similar ocurrió con la heredera del imperio hotelero de Leona Helmsley. Dejó 12 millones de dólares a su 'terrier maltés', llamado Trouble, sin mencionar en su testamento a sus dos nietos. Posteriormente, un tribunal redujo esta suma a dos millones de dólares.