Guerra de palabras
De momento solo hay una guerra de palabras. A finales de mayo Estados Unidos y China protagonizaron un encontronazo dialéctico en una conferencia de seguridad asiática en Singapur, intercambiando acusaciones mutuas sobre el aumento de tensiones en la región. En aquella ocasión el secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, acusó a Pekín de llevar a cabo "acciones unilaterales desestabilizadoras", mientras que el teniente general chino Wang Guanzhong acusó a Hagel de presentar un discurso "lleno de hegemonismo, amenazas e intimidación"Aunque el intercambio de acusaciones no le sorprende, a White sí le llama la atención que pocos leyeran con seriedad lo que planteaba su obra. El autor sostiene que la riqueza se traduce en poder y argumenta que ya hace dos años resultaba ingenuo suponer que el dominio tradicional de Estados Unidos en Asia seguiría siendo inexpugnable mientras la economía de China crecía hasta convertirse en la segunda del mundo. Según White, igualmente erróneo era pensar que los líderes chinos no desafiarían a EE.UU.
Cabe recordar que en noviembre del año pasado China amplió unilateralmente su zona de defensa aérea sobre el mar de China Oriental, que abarca las islas en disputa con Japón, país que cuenta con el apoyo de EE.UU. Posteriormente, Pekín afirmó su derecho a regular la pesca en el mar de China Meridional y hace unos dos meses buques de guerra y paramilitares chinos y vietnamitas tuvieron un roce en torno a una plataforma petrolera china en aguas en disputa. Estos hechos son para White algunas de las fichas que mueve Pekín en una lucha más amplia por el control de Asia.
"Hay mucho en juego y eso podría terminar mal", advierte el analista, subrayando que hay una posibilidad real de que una guerra de palabras pueda derivar en una guerra real, "de un conflicto más catastrófico que cualquier otro desde la Segunda Guerra Mundial", que "podría terminar con intercambios nucleares", escribe en 'La elección de China'.
Aunque el libro fue publicado hace dos años, en Australia empiezan a suscitarse reacciones encontradas. Entre los analistas y políticos, hay quienes están de acuerdo en que su descripción de la rivalidad entre China y Estados Unidos ha sido profética. Sin embargo, otros lo acusan de exagerar las tensiones entre China y EEUU y los riesgos de guerra.