La Corte Suprema estadounidense ha decidido rechazar la petición de Buenos Aires de revisar dos fallos adversos de un tribunal de Nueva York que la obligan a pagarle a un grupo de acreedores el 100% de sus bonos de deuda soberana o llegar a un acuerdo con ellos. Aunque Argentina puede pedir una reconsideración, los expertos advierten que casi siempre son denegadas.
"Esto no es una causa que involucre solo a la Argentina, involucra a todo el sistema financiero global", ha subrayado la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. "Queremos cumplir nuestras deudas y lo vamos a hacer, pero no vamos a ser cómplices de hacer negocios que algunos quieren instalar en el mundo", ha insistido.
"La Argentina no va a 'defaultear' su deuda estructurada", aseguró Cristina Fernández, aclarando que "la vocación del Gobierno es pagar" sus deudas. Además, la presidenta ha pedido "distinguir lo que es una negociación de lo que es una extorsión", subrayando que "ni el país ni los tenedores de bonos merecen" ser sometidos a esa operación.
La mandataria ha asegurado que "es notable cómo funciona la justicia de EE.UU. en defensa del 1% de los tenedores de deuda que no ingresaron al canje, denominados buitres, y cómo funciona la justicia en Argentina" con el "megacanje", que terminó prescribiendo ante la falta de acción de jueces y fiscales.
La intervención de la mandataria se produce después de que la corte suprema de Estados Unidos obligara al país a pagar 1.330 millones de dólares a los acreedores que no entraron en el canje de deuda. Cristina Fernández hizo un resumen de la historia de la deuda externa argentina, recordando que "comenzó a crecer exponencialmente desde 1976" generando "pobres, desocupación, falta de estructura, faltas en educación".
También se refirió al colapso económico en 2001 que llevó al país a realizar canjes y reestructuraciones de deuda en 2005 y 2010, logrando pagar alrededor del 93% de lo debido.