Un pequeño grupo de manifestantes con máscaras volvió al centro de la ciudad y comenzó a asaltar bancos hasta que la policía empezó a disparar balas de goma para dispersarlos.
En la ciudad de Natal dónde, donde se jugó el partido que enfrentó a las selecciones de EE.UU. y de Ghana, alrededor de 300 activistas organizaron una protesta contra los excesivos gastos del Mundial y por la visita del vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, que llegó a la ciudad para ver el partido. Un grupo de manifestantes bloqueó brevemente una calle, pero la manifestación se disolvió sin violencia.
Brasil fue golpeado por una ola de protestas un año antes de la Copa Mundial, en medio de la desaceleración económica y acusaciones de corrupción vinculadas al presupuesto de 11 millones de dólares para el torneo. Los críticos consideran que dicho desembolso es un despilfarro mientras haya necesidades más apremiantes de tipo sanitario, educativo y de transporte que cubrir.
Sin embargo, el movimiento ha perdido fuerza y las recientes protestas han sido menores que las de hace un año, cuando un millón de personas salió a las calles durante la Copa Confederacion, un ensayo general de la Copa del Mundo.