El corazón del sistema son componentes destructores producidos por Raytheon, diseñados para separarse del cohete y golpear en el espacio la ojiva del misil enemigo entrante. El que se probó este 22 de junio es un EKV CE-II, que está instalado en 10 de los 30 interceptores existentes actualmente y desplegados en Alaska y California. El problema es que ha sido la primera prueba exitosa de un EKV CE-II desde el año 2008. Los restantes 20 interceptores están equipados con la versión anterior del componente destructor de Raytheon, que falló durante las pruebas realizadas en julio de 2013.
El GMD es el único sistema terrestre de defensa antiaérea de EE.UU. que se define como capaz de interceptar cohetes balísticos intercontinentales de largo alcance, ya sea de cabezas nucleares, químicas, biológicas o convencionales. Se calcula que para el año 2017 el coste del programa alcance los 40.000 millones de dólares.
New photo gallery from Sunday's interception of a mock intercontinental missile: http://t.co/O5GMJNYsl9 pic.twitter.com/zNkdH84gmP
— Raytheon (@Raytheon) June 23, 2014