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Los proyectos más extravagantes de la CIA
Desde hace mucho la CIA tiende a tramar planes totalmente estrafalarios, graciosos y extravagantes para cumplir con una variedad de misiones. Estos son algunos de los más absurdos.
Hace poco salió a la luz un proyecto de la CIA que pretende arruinar la influencia de Bin Laden en Afganistán y Pakistán mediante juguetes que presentan al líder de Al Qaeda con aspecto satánico. Por más absurdo que parezca, no es el único plan en la historia de la agencia estadounidense, que especialmente en las décadas de los 60 y 70 se vio involucrada en proyectos muy inusuales, afirma The Christian Science Monitor.
Aquí hay tres proyectos de la agencia estadounidense de los que existen pruebas documentales.
Según un artículo publicado en 2010 en 'The Washington Post', una idea similar se le ocurrió a la agencia en 2003 durante la invasión en Irak, cuando querían hacer una película pornográfica con un doble de Saddam Hussein. Sin embargo, este plan no llegó más allá de la etapa de conversaciones.
La idea fue puesta en acción en 1966, cuando un gato previamente adiestrado y manipulado con cirugía (le implantaron un micrófono en el canal auditivo y una antena en la cola, y anularon la sensación de hambre) fue puesto en libertad en las proximidades de la embajada soviética en Washington D.C. Sin embargo, el plan fracasó completamente: el animal fue atropellado por un taxi a pocos minutos de ser soltado.
La conclusión sacada del proyecto por los técnicos de la CIA consistía en que los gatos tienen una mente propia y es difícil situarlos cerca de las conversaciones secretas: un gato no va donde le ordenan, sino adonde quiere. Su informe se saldaba diciendo que aplicar este enfoque "no sería práctico".
Sabiendo que a Castro le gusta bucear, la agencia planeó colocar un artefacto explosivo en una caracola en uno de los lugares favoritos de Fidel para practicar este deporte. La CIA preparó una caracola con colores brillantes y de aspecto lo suficientemente inusual como para atraer la atención del líder revolucionario, para asegurarse de que estuviera lo suficientemente cerca de este objeto cuando explotara para quitarle la vida. El plan tampoco tuvo éxito.
Aquí hay tres proyectos de la agencia estadounidense de los que existen pruebas documentales.
Películas pornográficas
En las década de los 50, la CIA produjo una película pornográfica 'Happy Days' ('Días felices') protagonizada por un actor maquillado para parecerse a Sukarno, el presidente de Indonesia en aquel entonces. La idea era desacreditar al líder indonesio a ojos de sus compatriotas, ya que no se consideraba suficientemente prooccidental, escribe en las memorias del año 1976 Joseph Burkholder Smith, un oficial de la CIA.Según un artículo publicado en 2010 en 'The Washington Post', una idea similar se le ocurrió a la agencia en 2003 durante la invasión en Irak, cuando querían hacer una película pornográfica con un doble de Saddam Hussein. Sin embargo, este plan no llegó más allá de la etapa de conversaciones.
El gatito espía
En la Guerra Fría la CIA ideó un proyecto que consistía en usar gatos para interceptar conversaciones potencialmente peligrosas de los agentes soviéticos, revela un informe de la agencia de 1967 publicado por el Archivo de Seguridad Nacional.La idea fue puesta en acción en 1966, cuando un gato previamente adiestrado y manipulado con cirugía (le implantaron un micrófono en el canal auditivo y una antena en la cola, y anularon la sensación de hambre) fue puesto en libertad en las proximidades de la embajada soviética en Washington D.C. Sin embargo, el plan fracasó completamente: el animal fue atropellado por un taxi a pocos minutos de ser soltado.
La conclusión sacada del proyecto por los técnicos de la CIA consistía en que los gatos tienen una mente propia y es difícil situarlos cerca de las conversaciones secretas: un gato no va donde le ordenan, sino adonde quiere. Su informe se saldaba diciendo que aplicar este enfoque "no sería práctico".
La caracola explosiva
Probablemente el más famoso de todos los planes de la CIA tenía como 'blanco' al presidente cubano Fidel Castro, y fue tramado por la Administración de John Kennedy después del fracaso en la Bahía de Cochinos.Sabiendo que a Castro le gusta bucear, la agencia planeó colocar un artefacto explosivo en una caracola en uno de los lugares favoritos de Fidel para practicar este deporte. La CIA preparó una caracola con colores brillantes y de aspecto lo suficientemente inusual como para atraer la atención del líder revolucionario, para asegurarse de que estuviera lo suficientemente cerca de este objeto cuando explotara para quitarle la vida. El plan tampoco tuvo éxito.
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