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La tregua de Poroshenko no impide a las tropas ucranianas seguir bombardeando
A pesar de que el plan de paz del presidente Poroshenko entró en vigor el 21 de junio, el derramamiento de sangre continúa. El alto el fuego no ha impedido que las fuerzas de seguridad de Ucrania hayan reanudado los bombardeos en el este del país.
Según información de la milicia popular, la noche del domingo el Ejército y la Guardia Nacional de Ucrania atacaron con armamento pesado la ciudad de Schastie, cerca de Lugansk. De momento se desconoce si el ataque ha provocado víctimas entre la población civil.
Asimismo, se informa de que las tropas abrieron fuego de mortero contra la localidad de Anánievka, en la región de Sverdlovsk, en la República Popular de Lugansk.
Las autodefensas de Donetsk y Lugansk señalan que a pesar del supuesto alto el fuego, Kiev no ha puesto fin al traslado de tropas de las regiones centrales al sureste de Ucrania. Por lo tanto, ninguna de las repúblicas parece confiar en un desarrollo positivo del plan de paz presentado por el mandatario del país.
En conversaciones con la canciller alemana, Angela Merkel, y el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, el propio Poroshenko reconoció que en un solo día la tregua fue violada en más de 20 ocasiones. No obstante, los políticos occidentales expresaron su apoyo a los esfuerzos de Kiev para frenar la violencia. Biden también aseguró a Poroshenko que Washington está "trabajando con sus socios del G-7 en la preparación de nuevas sanciones económicas contra Rusia".
Rusia recibió el plan de Poroshenko para una solución no violenta del conflicto en el sudeste con optimismo cauteloso. El presidente ruso, Vladímir Putin, indicó que Moscú apoyará el plan de paz, pero al mismo tiempo destacó que "medios objetivos de control" muestran que "el conflicto armado no cesa".
La milicia popular tampoco recibe el plan de paz con entusiasmo y no está dispuesta a deponer las armas bajo las condiciones del presidente. Las autoridades de la República Popular de Donetsk, por su parte, declararon que no aceptarán "la tregua declarada unilateralmente por militares ucranianos y sin ningún tipo de coordinación con las autodefensas".
Asimismo, se informa de que las tropas abrieron fuego de mortero contra la localidad de Anánievka, en la región de Sverdlovsk, en la República Popular de Lugansk.
Las autodefensas de Donetsk y Lugansk señalan que a pesar del supuesto alto el fuego, Kiev no ha puesto fin al traslado de tropas de las regiones centrales al sureste de Ucrania. Por lo tanto, ninguna de las repúblicas parece confiar en un desarrollo positivo del plan de paz presentado por el mandatario del país.
En conversaciones con la canciller alemana, Angela Merkel, y el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, el propio Poroshenko reconoció que en un solo día la tregua fue violada en más de 20 ocasiones. No obstante, los políticos occidentales expresaron su apoyo a los esfuerzos de Kiev para frenar la violencia. Biden también aseguró a Poroshenko que Washington está "trabajando con sus socios del G-7 en la preparación de nuevas sanciones económicas contra Rusia".
Rusia recibió el plan de Poroshenko para una solución no violenta del conflicto en el sudeste con optimismo cauteloso. El presidente ruso, Vladímir Putin, indicó que Moscú apoyará el plan de paz, pero al mismo tiempo destacó que "medios objetivos de control" muestran que "el conflicto armado no cesa".
La milicia popular tampoco recibe el plan de paz con entusiasmo y no está dispuesta a deponer las armas bajo las condiciones del presidente. Las autoridades de la República Popular de Donetsk, por su parte, declararon que no aceptarán "la tregua declarada unilateralmente por militares ucranianos y sin ningún tipo de coordinación con las autodefensas".
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