1. El gasoducto South Stream
Aunque la Comisión Europea pide a Europa 'hablar con una sola voz' sobre el asunto energético, esto no parece suceder en la realidad, según publica el portal Vesti Finance. Austria, por ejemplo, dio hace unos días la aprobación final para la construcción del gasoducto South Stream, arruinando así por completo los planes de las autoridades de la UE, que ya habían conseguido el bloqueo de la construcción del mismo en Bulgaria. Aunque la decisión de las autoridades austriacas de apoyar el proyecto South Stream no tendrá ningún impacto significativo en la UE, sí significa que el espacio político en Europa permanecerá fragmentado en cuanto a la colaboración energética con Rusia.
2. Reconocimiento de la dependencia energética y presión sobre países de la UE
En la cumbre sobre la seguridad energética de la UE, el comisario europeo de Energía, Guenther Oettinger, confirmó que la independencia europea de Rusia en el sector energético es inalcanzable a corto plazo. Al mismo tiempo, la Comisión Europea sigue presionando a distintos países instándoles reducir la cooperación con Rusia en el ámbito de la energía lo antes posible. En particular, Bulgaria suspendió la realización de proyectos en el marco del South Stream por órdenes de Bruselas.
Recientemente se supo que el país puede ser multado, ya que dio preferencia a las empresas locales y rusas durante los trabajos en el gasoducto. Algunos politólogos se preguntan si esas medidas pueden beneficiar a la Europa unida. Ante el aumento de la influencia de los partidos nacionalistas, la Comisión puede llegar a enfrentar a los Estados más ricos de la UE con los pobres.
3. Francia y los portahelicópteros Mistral
Francia también se encuentra en la 'línea de fuego' por el contrato que tiene con Rusia para el suministro de buques portahelicópteros Mistral. Se dio a conocer que ya se han completado los trabajos en la popa del segundo buque ruso Mistral que ya fue enviado a Francia para que se complete allí la construcción de la nave. La cuestión de la transferencia de tecnologías está todavía abierta, pero el hecho de que Francia venda buques militares a Rusia y entrene a marineros rusos en medio de un periodo de imposición de sanciones por parte de Occidente, irrita a sus socios de EE.UU. Los intentos de presionar a París para que cambie de política de momento no han tenido éxito.
4. El escándalo telefónico en Polonia
La revista polaca 'Wprost' asegura haber obtenido una grabación secreta de su ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, en la que el canciller analiza las relaciones de su país con EE.UU. Se trata de una conversación privada mantenida a principios de este año entre Sikorski y Jacek Rostowski, primer ministro adjunto de Polonia.
Según las supuestas palabras de Sikorski, el problema de su país radica en que su pueblo tiene "un orgullo muy superficial" además de "una baja autoestima". "La alianza entre EE.UU. y Polonia no vale nada. Es directamente dañina, porque crea una falsa sensación de seguridad", dijo Sikorski a Rostowski.
"A pesar de que en realidad nos dirigimos hacia un conflicto con los alemanes y los rusos, seguiremos creyendo que todo va de maravilla porque le hemos hecho una ‘mamada’ a Estados Unidos. Somos unos pardillos, unos auténticos pardillos", lamentó. Este diálogo muestra la opinión de ciertas fuerzas políticas en Polonia que están cansadas de actuar bajo las órdenes de EE.UU. creando problemas para su propio país.
5. Alemania deja de colaborar con la compañía telefónica Verizon
El Gobierno alemán ha decidido dejar de trabajar con la compañía telefónica estadounidense Verizon, por temor a que la empresa pueda estar colaborando con la inteligencia de EE.UU. en el espionaje contra las autoridades del país europeo. El Ministerio del Interior de Alemania afirmó que el contrato expira en 2015 y que no se planea renovarlo.
El escándalo comenzó con una información en la que se dio a conocer que las autoridades alemanas utilizan los servicios de Internet de Verizon y de la compañía británica Colt. Después de esta noticia, Berlín anunció su intención de negarse a seguir colaborando con estas empresas recordando que Alemania estuvo en el centro del escándalo sobre los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. revelados por Edward Snowden.