La columnista del periódico sueco 'Svenska Dagbladet' Anna-Lena Lauren ofreció a los lectores su comparación de las crecientes expectativas de la sociedad ucraniana y lo poco que hacen para cumplirlas los políticos de ese país.
"El problema –señala– es que la Unión Europea no puede conseguir lo que quieren los ucranianos: una administración eficaz, la abolición de la corrupción, una sociedad moderna y europea. Solamente Ucrania puede lograrlo por sí sola".
La columnista destaca que Kiev contrajo el primero de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional durante el gobierno no del depuesto Víktor Yanukóvich, sino de Víktor Yuschenko, el presidente pro-europeo, triunfador de la revolución naranja [del año 2004] que prometía a la gente llevar el país a la UE.
"Sus auténticas convicciones europeas se transformaron en nada, no garantizaron ninguna lucha eficaz, y resultaron inútiles para erradicar la corrupción", señala Lauren. "Al contrario, él mismo resultó siendo al menos tan corrupto como sus predecesores". El crédito del FMI debía de apoyar las reformas económicas, pero finalmente no hubo ninguna.
El nuevo presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, afirmó en una entrevista con la cadena CNN que la erradicación de la corrupción era su primera prioridad, recuerda la periodista. Como prueba mencionó su propio negocio, al que califica de "una transparente, moderna empresa, una de las mejores de Europa". Ahora, sintetiza, se pone a prueba si Poshenko dice la verdad.