El presidente de la autonomía kurda, Masud Barzani, ha
acusado a Bagdad de implementar políticas catastróficas que llevaron a
los terroristas radicales a acercarse a las fronteras kurdas. Asimismo, ha insistido en
que su población no está obligada a pagar por los errores políticos de
Bagdad y que la independencia del Kurdistán iraquí
es un "derecho natural".
Por su parte, el ministro de Recursos Naturales del Gobierno Regional del Kurdistán, Ashti Hawrami, ha señalado que la autonomía no debe contar con la opinión de Bagdad, y menos aún con la del grupo radical Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que anunció
esta semana la restauración del califato. "Al mirar el mapa debemos
pensar: ¿dónde está nuestro futuro?", expresó el político.
Según informa el periódico turco 'Hürriyet', el ministro kurdo adelantó que se llevarán a cabo una serie de consultas con Turquía antes de realizar el referéndum sobre la independencia. "Nuestras relaciones son estratégicas, no tácticas. Así que no creo que nuestro Gobierno tome medidas [para establecer un Estado kurdo] sin informar a Ankara", sostuvo.
Por otro lado, la idea de crear un Kurdistán independiente con el fin de fortalecer la
lucha contra el EIIL ha sido apoyada por el primer ministro de Israel, Benjamin
Netanyahu. "Los kurdos son un pueblo de guerreros que demostraron
sobriedad política y han merecido su propio Estado", indicó el mandatario israelí.
Cabe recordar que las tensiones entre las autoridades iraquíes y kurdas se han intensificado en los últimos meses después de que esta autonomía comenzara a exportar crudo al margen de Bagdad. Irak, que defiende que la venta de crudo solo puede ser administrada desde Bagdad, ha advertido que estudia la posibilidad de llevar el asunto hasta la ONU. Por su parte, la entidad federal autónoma recuerda que casi la mitad del petróleo iraquí se explota en territorio kurdo.
El analista Carlos Martínez cree que Israel tiene dos motivos para apoyar un Kurdistán independiente. "El primero es conseguir petróleo a unas condiciones muy ventajosas que no le facilitan otros Gobiernos de la región, y la segunda, creo que la principal, es seguir sembrando la cizaña, la división y los conflictos internos entre los árabes", explicó Martínez.