Este historiador estadounidense afirma que la política de Washington y de los mayores medios de comunicación de EE.UU no solo presupone ignorar la violencia creciente en el sureste de Ucrania, sino también hace "declaraciones de apoyo a Kiev que provocan aún más violencia".
Muy pocos medios estadounidenses se oponen a esta práctica: "hay discusiones honorables sobre las causas de la crisis, pero no se dice nada sobre los hechos que se elevan a un nivel de crimen de guerra, o ya lo son", menciona el autor en su artículo para la revista 'The Nation'.
Cohen recuerda que en los inicios de la crisis ucraniana "los partidarios de Maidán ocuparon oficinas de los gobiernos regionales en el oeste de Ucrania, incluso hasta proclamar la 'independencia' de Yanukóvich". La actitud de EE.UU. en este aspecto es sorprendente.
El presidente Barack Obama advirtió varias veces que Yanukóvich no utilizaría "la fuerza para calmar a los manifestantes", pero una vez derrumbado el Gobierno legítimo EE.UU. empezó a considerar el uso del Ejército contra los que protestaban en Donbass como "el derecho constitucional del Gobierno", afirma Cohen.
La situación en Ucrania es el renacimiento de la guerra fría y "el conflicto más grave entre EE.UU. y Rusia desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962", señala Stephen Cohen.
"Los 'halcones' de EE.UU. callan las atrocidades de Kiev" —que EE.UU. apoya con su retórica política, así como posiblemente de maneras más tangibles— y por eso el 'establishment' estadounidense y europeo "se convierte en culpable de los crímenes de guerra" que las tropas de Kiev cometen en el sureste de Ucrania, indica el historiador.
El académico afirma que "como los medios de comunicación de EE.UU. eligieron ocultar la información, los estadounidenses no tienen ni idea de que comparten esta vergüenza, pero los que lo saben todo y guardan silencio son cómplices".