Al menos cuatro templos en honor a figuras sufíes o árabes sunitas han sido demolidos, al igual que seis mezquitas chiitas, todos ellos ubicados en la provincia de Nínive, de la que Mosul es su capital. En imágenes publicadas en internet por los yihadistas del Estado Islámico puede verse a unas excavadoras
derribando los lugares sagrados, y en otras, se puede observar el uso de explosivos.
"Nos sentimos muy tristes por la demolición de estos templos, que heredamos de nuestros padres y abuelos", dijo Ahmed, un vecino de Mosul, según publica el canal Al Arabiya.
Los radicales del Estado Islámico han ocupado además dos catedrales. Según un empleado de una de las catedrales ocupadas, los yihadistas quitaron las cruces de la fachada de ambas catedrales y colocaron en su lugar la bandera negra del Estado Islámico.
El violento levantamiento de la milicia Estado Islámico (antiguo Estado Islámico de Irak y el Levante, EIIL) ha sumido a Irak en una nueva situación de guerra que amenaza a toda la región. Se cree que la milicia de este grupo radical, que opera en Irak y Siria, controla 2.000 millones de dólares y se compone de 10.000 combatientes, lo que les permite combatir exitosamente contra el Ejército iraquí. El EI se formó como una rama de Al Qaeda en Irak.