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La guerra como negocio: venta de órganos podría florecer en Ucrania
Órganos de las víctimas del conflicto armado en el este de Ucrania presuntamente se utilizan para la venta a clientes occidentales, afirman fuentes anónimas que grabaron conversaciones de personas implicadas en el asunto.
Para algunos la guerra es solo otro negocio y la muerte es una manera más de ganar dinero. Según informa el portal de la radio rusa Vesti, varias conversaciones filtradas entre el exabogado de la política ucraniana Yulia Timoshenko, Serguéi Vlásenko, y la médica alemana de origen ucraniano Olga Whyber sacaron a la luz un escandaloso plan orquestado de tráfico de órganos.
La veracidad de dichas conversaciones de momento no se puede demostrar, pero según ellas, los principales proveedores de los órganos son los propios comandantes de la Guardia Nacional de Ucrania.
Vlásenko y Whyber discutieron todos los detalles de este negocio en invierno, y con el estallido de las hostilidades ya iniciaron los suministros. Los pedidos se formalizan por escrito, los clientes simplemente envían una 'lista de la compra' en la que se enumeran los órganos necesarios para ser trasplantados.
El miembro de la Cámara Cívica de la Federación de Rusia, Gueorgui Fiódorov, indicó que desde el inicio de la operación militar en el este de Ucrania "en los círculos médicos y políticos se hablaba sobre el comienzo de ventas en cantidades industriales de órganos a Occidente, a clínicas israelíes y estadounidenses".
'Modus operandi'
De acuerdo con las conversaciones obtenidas, el problema principal no consiste en la falta de órganos necesarios, ya que la operación de castigo ha dejado cientos de muertos, sino en las dificultades que supone su extracción. Trabajar con especialistas locales es peligroso, ya que en este caso ese mercado negro puede hacerse público, mientras que los médicos contratados salen caros.
Vlásenko dice en una de las conversaciones con Whyber que "es muy difícil garantizar la seguridad" de las operaciones de extracción de órganos. En respuesta Whyber propone actuar de acuerdo con otro esquema y utilizar como donantes a las personas gravemente heridas y extraer sus órganos en un hospital. Pero ese escenario también puede desembocar en filtraciones indeseadas.
Las sospechas de la realización de ese lucrativo comercio de órganos en Ucrania no surgen por primera vez. En primavera en varios medios aparecieron diversas informaciones sobre el secuestro de personas en el Maidán para utilizarlas como donantes de órganos.
Gueorgui Fiódorov también recordó los hechos en Kosovo, donde tuvo lugar "el suministro industrial de órganos de serbios a clínicas internacionales y se creó una gran red que servía para cometer estos crímenes".
Ahora la oferta a nivel industrial de donantes de órganos podría llegar también a Ucrania. En el país ya hay cinco centros especializados en trasplantes de órganos humanos. Se encuentran en las ciudades de Kiev, Donetsk, Odesa, Lvov, Zaporozhie y corren el riesgo de convertirse en bases para esas operaciones sangrientas.
La veracidad de dichas conversaciones de momento no se puede demostrar, pero según ellas, los principales proveedores de los órganos son los propios comandantes de la Guardia Nacional de Ucrania.
Vlásenko y Whyber discutieron todos los detalles de este negocio en invierno, y con el estallido de las hostilidades ya iniciaron los suministros. Los pedidos se formalizan por escrito, los clientes simplemente envían una 'lista de la compra' en la que se enumeran los órganos necesarios para ser trasplantados.
El miembro de la Cámara Cívica de la Federación de Rusia, Gueorgui Fiódorov, indicó que desde el inicio de la operación militar en el este de Ucrania "en los círculos médicos y políticos se hablaba sobre el comienzo de ventas en cantidades industriales de órganos a Occidente, a clínicas israelíes y estadounidenses".
'Modus operandi'
De acuerdo con las conversaciones obtenidas, el problema principal no consiste en la falta de órganos necesarios, ya que la operación de castigo ha dejado cientos de muertos, sino en las dificultades que supone su extracción. Trabajar con especialistas locales es peligroso, ya que en este caso ese mercado negro puede hacerse público, mientras que los médicos contratados salen caros.
Vlásenko dice en una de las conversaciones con Whyber que "es muy difícil garantizar la seguridad" de las operaciones de extracción de órganos. En respuesta Whyber propone actuar de acuerdo con otro esquema y utilizar como donantes a las personas gravemente heridas y extraer sus órganos en un hospital. Pero ese escenario también puede desembocar en filtraciones indeseadas.
Las sospechas de la realización de ese lucrativo comercio de órganos en Ucrania no surgen por primera vez. En primavera en varios medios aparecieron diversas informaciones sobre el secuestro de personas en el Maidán para utilizarlas como donantes de órganos.
Kosovo, el precedente
Gueorgui Fiódorov también recordó los hechos en Kosovo, donde tuvo lugar "el suministro industrial de órganos de serbios a clínicas internacionales y se creó una gran red que servía para cometer estos crímenes".
Ahora la oferta a nivel industrial de donantes de órganos podría llegar también a Ucrania. En el país ya hay cinco centros especializados en trasplantes de órganos humanos. Se encuentran en las ciudades de Kiev, Donetsk, Odesa, Lvov, Zaporozhie y corren el riesgo de convertirse en bases para esas operaciones sangrientas.
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