El comentarista político y económico estadounidense Paul Craig Roberts afirma en un reciente artículo que Washington está cavando su propia tumba y acelerando el fin de su 'Gobierno excepcional'. Después de los maltratos continuos a los que les somete Washington, incluso los aliados de la Casa Blanca han empezado a darse cuenta de que EE.UU. no se limita a violar sus propias leyes, sino que obliga a otros Estados soberanos a hacer lo mismo.
"La lista de ejemplos es infinita", escribe el exasesor de Reagan. "Washington obligó a Suiza a violar y derogar leyes históricas sobre el secreto bancario. Washington ejecuta a ciudadanos de otros países, y también a sus propios ciudadanos, sin el debido procedimiento legal. Washington viola la soberanía de otros países y asesina a sus ciudadanos con drones, bombas y equipos de fuerzas especiales. Washington secuestra en el extranjero a ciudadanos de otros países y los lleva a EE.UU. para juzgarlos con sus leyes o los envía a otro país para torturarlos en sus centros secretos", asevera Roberts.
EE.UU. "ordenó a su vasallo el Reino Unido violar las leyes y convenciones sobre el asilo político y no permitir que Julian Assange viajara libremente a Ecuador". Después, Washington ordenó a Rusia violar sus leyes y entregarle a Edward Snowden. Sin embargo, "Rusia es lo suficientemente fuerte como para negarse a cumplir las órdenes de Washington", señala el comentarista.
En respuesta a ello, Washington secuestró a Román Selezniov, hijo de un parlamentario ruso, en las Maldivas, explica Roberts.
"No hay duda alguna de que el secuestro de Selezniov es ilegal, igual que todo lo que Washington ha hecho desde la presidencia de Clinton. El padre de Selezniov cree que Washington secuestró a su hijo con el fin de intercambiarlo por Edward Snowden", señala el economista, que menciona que el ciudadano ruso "fue acusado, sin ninguna prueba, de delitos imaginarios que conllevan hasta 30 años de prisión".
El Servicio Secreto de EE.UU. declaró que Selezniov es "uno de los traficantes de información financiera robada más prolíficos del mundo". El comentarista niega rotundamente que esto sea cierto y argumenta que "el mayor ladrón de información financiera es la NSA", que robó datos de empresas de Brasil, Alemania, Francia, China, Japón y otros países con el objetivo de beneficiar a corporaciones estadounidenses que hacen generosas contribuciones políticas. Por no hablar de las escuchas telefónicas del celular privado de la canciller alemana, Angela Merkel, y del espionaje masivo que lleva a cabo la Inteligencia de EE.UU. por todo el mundo.
El convencimiento de los neoconservadores de que el 'Gobierno excepcional' de Washington tiene derecho a espiar a todo el mundo porque representan a un pueblo 'indispensable', así como no responder por graves mentiras —como por ejemplo cuando afirmaron que Hussein y Al Assad poseían armas de destrucción masiva— y la impunidad de la que gozan tras cometer varios delitos, pronto acabarán con el país norteamericano, concluye Roberts.