El primer hombre es un musulmán libanés tan devoto a esta religión que ni siquiera, asegura, ve la televisión. Uno de los yihadistas habla con él sobre el tiempo que solía pasar con las mujeres antes sumarse al EI. La conversación termina de manera abrupta cuando uno de los miembros del EI mata de repente al libanés después de acusarle de olvidar partes del rezo islámico.
Más adelante asesinan a otro hombre que se acerca al puesto de control y responde "simplemente dispare" a una compleja pregunta sobre el islam.
Un cristiano acaba muriendo de un aparente ataque al corazón también mientras los yihadistas tratan de decidir cuál de ellos debería matarlo.
La última visita que reciben es de un hombre que únicamente habla inglés y admite abiertamente ser israelí.
"Es usted bienvenido", le dice un yihadista, permitiéndole continuar su camino sin problemas y deseándole que disfrute del paseo.