En particular, a los turistas se les ha prohibido acceder a la carretera que une algunas de las atracciones más populares, en concreto uno de los géiseres más conocidos del parque Old Faithful (Viejo Fiel) y Madison Junction (la confluencia fluvial donde nace el río Madison). La administración del parque también les ha pedido no caminar por dichas áreas, debido a lo peligrosas que se han vuelto, ya que el riesgo de que tierra aparentemente sólida se convierta en agua extremadamente caliente es muy alto.
"Básicamente convirtió el asfalto en sopa. Transformó los caminos de grava en una gacha de avena", describe la actividad geotérmica del supervolcán el portavoz del parque, Dan Hottle.
Dado que el parque nacional se encuentra situado sobre la caldera del supervolcán homónimo, las "fluctuaciones de temperatura" que ablandan al asfalto hasta atascar las llantas no son algo insólito en este lugar, explica Hottle al diario 'Los Angeles Times'. Sin embargo, esta vez la situación es "extrema e insólita", puntualiza. Aún no se sabe por cuanto tiempo las zonas permanecerán cerradas.
La última vez que el supervolcán entró en erupción fue hace 640.000 años. Sin embargo, este año se han registrado fenómenos poco comunes asociados al supervolcán, en concreto la estampida inusual de bisontes seguida por el sismo más fuerte desde el año 1980, lo que ha dado pábulo a especulaciones sobre una posible erupción catastrófica en Yellowstone.