Según el periódico, el apoyo va dirigido tanto a milicianos que luchan contra el presidente Bashar al-Asad, como a aquellos que combaten a grupos vinculados con Al Qaeda. Aún no se precisa a qué grupos opositores concretos planea ayudar EE.UU.
El programa, que aún tiene que ser aprobado por el Congreso de EE.UU., fue presentado la semana pasada a varios comités del Congreso en sesiones a puerta cerrada. Según el diario, los congresistas ya han sugerido aumentar la cantidad de los participantes.
El Pentágono esgrime que la cantidad relativamente pequeña de participantes del programa se debe a la complejidad que supone encontrar a combatientes con una posición moderada, excluyendo a islamistas radicales. Aún tiene que decidirse cómo serán seleccionados los futuros combatientes y donde tendrán lugar los entrenamientos. Si el Pentágono lograse encontrar la cantidad necesaria de "rebeldes moderados", el programa podrá ser extendido, según un oficial de alto rango citado por el diario bajo condición de anonimato.
El objetivo del entrenamiento de rebeldes y de suministro de armas propuesto por el Pentágono no es ayudar a los rebeldes a que emprendan una ofensiva contra el Gobierno, sino a que mantengan los territorios que controla, según declararon algunos oficiales del Pentágono y del Departamento del Estado al periódico. Lo más probable es que el programa no se ponga en marcha antes del próximo año.