Este último fin de semana de junio Moscú, y en especial la juventud rusa, conmemora con mucho entusiasmo la fiesta de solsticio de verano, más conocida aquí como Iván Kupala.
Las celebraciones empezaron en uno de los parques de atracciones más grandes de Moscú, Parque Gorky, con todo tipo de juegos y diversiones destinados, principalmente, a los niños. Y a medianoche, la hora mágica de la fiesta conforme a la tradición eslava, llegó el turno de los adultos. Empezó un festival con todas las atracciones típicas: conciertos de bandas folk de diferentes países eslavos, bailes alrededor de los fuegos rituales y saltos por encima de los mismos, colocación de coronas de flores en el río Moscova y juegos populares.
En la tradición eslava el festejo simboliza la unión del agua, el fuego y las hierbas que da unas fuerzas naturales y salud a los humanos, y produce milagros. Suele celebrarse en Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Letonia, Lituania, Estonia y Polonia.
En ruso se llama Iván Kupala y la fecha de celebración es el 24 de junio del calendario antiguo juliano, el 7 de julio según el contemporáneo, georgiano. El propio solsticio tiene lugar el 21 de junio (calendario nuevo) o el 20 de junio, en años bisiestos. Así que en diferentes países, en diferentes ciudades y en diferentes años, según los calendarios, las celebraciones suelen caer en fechas diferentes.
Este año Moscú celebra la fecha el último fin de semana de junio para que los ritos con el agua aliviaran un poco a la mayor cantidad posible de ciudadanos que están viviendo récords históricos de temperaturas en la capital.
Tanto el mismo nombre de la fiesta, Iván Kupala, como los ritos que se realizan son una mezcla de tradiciones páganas y cristianas. La fiesta antigua eslava, 'Kupalie', estaba dedicada al Dios pagano de los frutos de la Tierra, Kupala, y simbolizaba la unión de dos elementos, el fuego y el agua, y caía en la noche más corta del año, la del 21 al 22 de junio. Cuando llegó la época cristiana a Rusia, el nombre pagano se combinó con el nombre de la fiesta eclesiástica dedicada a Juan Bautista, que en ruso es Iván. Como las tradiciones de las dos celebraciones coincidían y consistían en sumergir personas en el agua, no tardaron mucho en asociarse. La fecha fue desplazada y perdió su valor astronómico.
Tradiciones
Durante la noche de Iván Kupala no se puede dormir, ya que las fuerzas malignas recuperan un poder increíble y se hacen muy activas: kikímoras (ninfas de los pantanos), rusálkas (ninfas de ríos y lagos, sirenitas), ambas al servicio de Vodianói, el genio masculino principal de las aguas, además de brujas, diablos y Leshi, el genio de los bosques. Y pueden robar a los que no estén despiertos y atentos, en particular, a los niños, y hacerles sus esclavos. Como un medio de protección más progresivo solían usar manojos de ortigas: las colocaban en los umbrales y en los huecos de las ventanas para impedir a los genios malos que penetraran dentro de la casa.
Además, se creía que ésta era la única noche en la que se podía oír cómo hablan entre sí plantas y animales y entenderlos e, incluso, ver cómo los árboles se desplazan de un lugar al otro.
Agua
Nadar o meterse en el agua el día de Iván Kupala es una costumbre universal para todos los eslavos. Sin embargo, en la época antigua algunas tribus hacían lo contrario, se abstenían de acercarse a las fuentes ya que creían que este día Vodianói celebrasu cumpleaños y, como odia ser molestado, se venga de los humanos hundiéndoles en el agua.
Fuego
Uno de los elementos principales del día, o mejor dicho, de la noche de Iván Kupala, son los fuegos en las orillas de los ríos. Se baila alrededor de ellos y se salta por encima. Los que saltan más lejos, serán más felices. Las parejas saltan, manteniéndose agarradas de las manos y si logran llegar al otro lado del fuego, sin separar las manos, significa que su vida juntos va a durar mucho y serán muy felices.
Hierbas
Otro elemento imprescindible de la noche son las hierbas.
Una de las tradiciones para una joven soltera es coger hojas de plantago durante la fiesta y meterlas debajo de la almohada para la noche siguiente. En teoría durante el sueño se puede ver a su futuro novio. Otra superstición muy peculiar dice que si esta noche uno logra atravesar sin parar 12 huertas, se le realizará cualquier deseo.
Además, siempre se creía que las hierbas curativas recogidas durante la noche de Iván Kupala y secadas luego tienen una fuerza multiplicada. Se usaban tanto para remediar enfermedades, como para practicar encantamientos. También se empleaban para asustar a las fuerzas malignas y durante las tormentas las arrojaban en las estufas con el horno encendido para proteger la casa de los relámpagos.
En la época moderna, en las ciudades en particular, ya no se cumple con la tradición por razones muy obvias, pero el helecho sigue siendo hoy en día el protagonista y una de las mayores atracciones de las celebraciones para los jóvenes entusiastas.
Se cree que esta noche es la única durante todo el año en la que florecen los helechos por algunos instantes en la medianoche. Y con esta flor se pueden descubrir todos los tesoros a su alcance, por más escondidos que estén debajo de la tierra. Así que miles de personas invaden parques, jardines, prados y bosques en busca de la flor milagrosa. A los que encontraban la flor se les garantizaba, además, prosperidad, buena suerte y sabiduría.
Unión de agua, fuego y hierbas
La unión de agua, fuego y hierbas siempre ha sido un símbolo de amor feliz y de fertilidad. Y, al parecer, ésta es la parte más fascinante para los jóvenes incluso hoy en día.
Las chicas solteras se esconden de los ojos ajenos y depositan candelas encendidas en coronas de flores que han hecho con sus manos. Luego, dejan flotar sus coronas por la corriente del río con la intención de adivinar su suerte. Si la guirnalda tarda poco en hundirse predice desgracia y mala suerte: soltería, traición o enfermedades. Pero la joven cuya candela permanecerá encendida más tiempo será más longeva. Y aquella cuya corona logra viajar más lejos por el río será muy feliz en su matrimonio.
Mientras tanto, los muchachos intentan coger las coronas corriente abajo, con la esperanza de capturar aquella que pertenezca a la mujer que le gusta.