El periodista de la agencia de noticias Matthew Lee, conocido por sus enfrentamientos frecuentes con portavoces durante sesiones de información del Departamento de Estado de EE.UU., planteó varias preguntas acerca de las últimas afirmaciones del Gobierno de Washington durante la conferencia de prensa que se llevó a cabo este jueves.
"Tenemos nuevas pruebas de que los rusos han tratado de transferir los lanzacohetes más pesados y más potentes a las fuerzas separatistas en Ucrania, y también tenemos evidencia de que Rusia está llevando a cabo fuego de artillería desde sus territorio para atacar las posiciones militares de Ucrania", afirmó Harf.
No obstante, cuando Lee le preguntó si podía aportar alguna prueba a su declaración, Harf dijo que el Departamento de Estado no está dispuesto en este momento a revelar más detalles, ya que hacerlo podría exponer las operaciones secretas de la inteligencia responsable de las afirmaciones.
"No puedo profundizar en las fuentes y los métodos que están detrás de esto. Y no puedo decir en qué está basada la información", insistió Harf.
Entonces el periodista ha señalado que las alegaciones formuladas anteriormente por el Departamento de Estado respecto a la relación de Rusia con la catástrofe del MH17 no llegaron a ser consideradas "pruebas definitivas".
Cuando Lee volvió a cuestionar la decisión del Departamento de Estado de no hacer públicas pruebas que apoyen sus afirmaciones, Harf preguntó: "¿Preferiría que no le diera la información solo porque no le puedo revelar la fuente?"
"Creo que sería mejor para todas las partes interesadas que, cuando usted haga acusaciones como esta, pudiera respaldarla con algo más que con un 'porque yo lo digo'", respondió Lee.
"Ustedes se juntan en el Consejo de Seguridad de la ONU para hacer estas acusaciones, el secretario [del Departamento de Estado, John Kerry] hace declaraciones [...] y luego, cuando usted presenta sus pruebas para confirmar esas alegaciones, resulta que les faltan las pruebas definitivas", continuó.
Anteriormente, durante una conferencia de inteligencia de EE.UU. altamente publicitada durante la cual se esperaba que los funcionarios estadounidenses presentaran su evaluación de la catástrofe del MH17, los representantes del Gobierno de Washington se vieron obligados a admitir que no había pruebas de que Rusia estuviera implicada en el derribo.