El excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU.
(NSA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden ha proporcionado un memorando secreto en el portal de filtraciones 'The Intercept' que describe la índole de la cooperación entre la NSA y los Ministerios del Interior y de Defensa sauditas.
Según el documento, la NSA ha intensificado su cooperación con Arabia Saudita bajo el programa 'Sigint' ('signal intelligence'), o espionaje electrónico, luego que el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, aprobara la expansión del programa en diciembre del 2012.
La NSA ofrece "asesoría técnica en los asuntos de 'Sigint', como el aprovechamiento de vulnerabilidades y la adquisición de blancos", así como "capacidades para la recogida de datos de fuentes sensibles" y apoyo analítico y técnico al Ministerio del Interior saudita.
Además, la agencia provee un "servicio de desencriptación sensible al Ministerio del Interior contra los objetivos terroristas de interés mutuo", así como tecnologías de vigilancia de punta.
El Ministerio de Defensa saudita, por su parte, le proporciona a la NSA el acceso a la detección remota en la región del golfo Pérsico e información sobre las actividades de los presuntos terroristas en Arabia Saudita.
Esta asociación entre los servicios secretos de ambos países genera preguntas respecto a los derechos humanos.
Varias organizaciones internacionales, como Human Rights Watch, e incluso el Departamento de Estado de EE.UU. han condenado las crecientes represalias de la monarquía contra activistas, disidentes y críticos con el Gobierno.
En su informe del 2013, el Departamento de Estado denunció "torturas y otros tipos de abuso físico durante interrogatorios en ocasiones practicados por funcionarios del Ministerio del Interior hacia presos y detenidos", así como el uso de vigilancia contra disidentes políticos y religiosos.