Ramiro Sánchez Domínguez fue uno de los combatientes que participó en aquellos heroicos acontecimientos. Tres días antes de la emblemática toma del cuartel Moncada, Fidel Castro había citado al joven Ramiro. Su intención era proponerle que llevase tres maletas con armas para toda la célula.
"No íbamos con el propósito de combatir, porque las armas que llevábamos no eran de combate, sino que queríamos sorprender. Tomar el cuartel y después entregar las armas al pueblo que continuara la revolución", relata Ramiro.
Cada uno sabía la misión que tenía que cumplir, realmente estábamos llenos de patriotismo, estábamos llenos de fervor revolucionario
Además, el veterano recuerda que antes de Castro, "nadie tenía la disposición de realmente hacer una Cuba libre, independiente del yugo norteamericano".
Sin embargo, el 26 de julio de 1953, Ramiro no asaltó el Moncada sino otro cuartel, en Bayamo. El objetivo de esa misión era impedir el envío de refuerzo hacia Santiago.
Ramón Pez Ferro, que en aquel momento tenía 19 años, en cambio, sí que estaba entre las filas de los que se dirigieron al Moncada. Entendía el riesgo, pero dice que nunca tuvo miedo porque su deseo por cambiar el futuro del país podía más que los nervios.
"Cada uno sabía la misión que tenía que cumplir, realmente estábamos llenos de patriotismo, estábamos llenos de fervor revolucionario", evoca Ramón.
En total fueron casi 160 personas las que participaron en los asaltos a los cuarteles en Santiago y Bayamo. Jóvenes con coraje que llegaban de todas partes de la isla.
La conmemoración de estos acontecimientos se celebra por todo el país, aunque cada año se designa una provincia diferente para el festejo central. Este año la celebración del 61 aniversario del Día de la Rebeldía Nacional tiene como sede principal la provincia de Artemisa, y su elección no es casual. Y es que de Artemisa procedían muchos de los combatientes que participaron en el asalto al cuartel de Moncada.
Pese a que han pasado 61 años desde aquella gesta heroica, los veteranos reconocen que la lucha por un futuro mejor aún no ha terminado y que ahora sus esperanzas están puestas en las nuevas generaciones que llevan su sangre revolucionaria.