Entre las personas detenidas en los últimos días en cuatro estados de EE. UU. acusadas de espionaje para Rusia, se encuentra la periodista peruana Vicky Peláez, que trabajaba para el diario de Nueva York en español El Diario/La Prensa.
Peláez fue arrestada el domingo junto con su esposo de origen uruguayo, Juan Lázaro, cuando estaban en su casa al norte de la ciudad de Nueva York.
"En total, 11 demandados, incluyendo 10 arrestados, están acusados en dos demandas criminales por conspirar para actuar como agentes ilegales de la Federación de Rusia dentro de los Estados Unidos", señala un comunicado del Departamento de Justicia del país.
Según los documentos judiciales difundidos este lunes, Peláez y Lázaro realizaron durante años viajes a un país sudamericano sin identificar en los que "pasaban mensajes encubiertos" a oficiales del Gobierno de Rusia y, además, recibían dinero en compensación por sus servicios.
Según la legislación estadounidense, este tipo de delito supone una pena máxima de hasta cinco años de cárcel. Asimismo, Peláez y su esposo, entre otros detenidos, fueron acusados de blanqueo de dinero, por lo que su pena podría aumentar en 20 años más de prisión.
Peláez, que lleva casi treinta años en EE. UU., ha trabajado durante más de dos décadas para El Diario/La Prensa, donde ha sido reportera y editora de una columna dedicada a Latinoamérica.
Un compañero de trabajo de Peláez, el periodista Manuel Avendaño, señaló a Radioprogramas (RPP), una emisora de Lima, que las columnas de Vicky en La Prensa, en la que ella criticaba el belicismo y la política económica de EE. UU., así como todo el sistema neoliberal, eran seguidas con mucho interés por los lectores.
Waldo Mariscal, hijo mayor de la periodista, está convencido de que su madre es víctima de persecución política. “Todo es por (...) los contenidos que tenían las columnas, que hablaban sobre diferentes países del mundo y muchas veces hablaban de Rusia, del Medio Oriente o de Latinoamérica”, dijo Mariscal a RPP.
Por su parte, el subdirector del diario para el que escribía Peláez, Miguel Sarmiento, descartó que la detención de Peláez sea una represalia por su posición crítica con el Gobierno norteamericano. "No es una represalia a su postura crítica al Gobierno norteamericano; la libertad de expresión acá (EE. UU.) es sagrada", enfatizó él. Según Sarmiento, habría pruebas contundentes para tales acusaciones.
En 1985 el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) secuestró a Peláez y al camarógrafo Percy Raborg para que transmitieran unas declaraciones. Después del incidente, la periodista decidió emigrar a EE. UU.